Desde Washington

El Gobierno argentino ratificó ayer ante representantes del Citibank –una de las entidades que agrupan la nueva propuesta para los holdouts– que la decisión del Ejecutivo de pagarles a los tenedores de bonos continúa en pie, a pesar de la crisis financiera internacional. “Hay una decisión tomada y se respetará. La decisión política de este Gobierno es avanzar con la propuesta. De todas maneras, como todos los países del mundo, nosotros también estamos mirando con atención qué es lo que pasa en el mundo”, señalaron a PáginaI12 fuentes cercanas al ministro de Economía, Carlos Fernández. Es el mismo caso para la negociación con el Club de París, aunque dejaron entrever posibles cambios en la propuesta “para que siga siendo lo más atractiva posible para la Argentina”.

Por otro lado, Martín Redrado, titular del Banco Central, estuvo reunido con sus pares de Brasil y México, Henrique Meirelles y Guillermo Ortiz, respectivamente. En el encuentro coincidieron en la necesidad de una fuerte intervención de las autoridades monetarias, con el objetivo de reducir la volatilidad del sistema. Ayer el dólar cerró en 3,27 pesos y la intervención del Central le costó 80 millones de dólares.

La idea que transmitieron fuentes del Ministerio de Economía es que durante esta reunión anual del FMI, los funcionarios buscarán recabar la mayor información posible sobre las consecuencias de la crisis financiera internacional, que estén directamente relacionadas con la política económica del Gobierno. En otras palabras, “tantearán el humor” que poseen por estas horas tanto las entidades financieras como los gobiernos con los que hay que negociar el pago de la deuda del Club de París, como el nuevo canje con los bonistas que quedaron fuera en 2005. “Estamos hablando con todos y transmitiendo nuestras consideraciones. Pero seguimos analizando la propuesta. Cuando la aceptemos, iremos al Congreso”, indicaron cerca del ministro Fernández.

El mayor interrogante que existe por estos días es si los bancos que agrupan a los holdouts (Citibank, Deutsche Bank y Barclays) podrán garantizar al país el ingreso de dinero fresco (se especula con 5000 millones de dólares), como condición que puso el Gobierno para comenzar el análisis de la propuesta. Desde Economía creen que sí, aunque reconocen que las negociaciones se adecuarán a las circunstancias. “El contexto internacional cambió, eso es evidente”, señalaron a este diario desde el ministerio. El próximo domingo, Fernández se reunirá con Xavier Musca, responsable del Club de París, y con el ministro de Finanzas de Holanda.

El ministro de Economía participó ayer de la reunión del G-24, junto al secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, y el de Política Económica, Martín Abeles. Los funcionarios argentinos escucharon en boca del titular del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y del Banco Mundial, Robert Zoellick, que es necesario trabajar conjuntamente para salir de la crisis. Durante ese encuentro, el grupo de los países en desarrollo reclamó por nuevas condiciones en el acceso al financiamiento, entre otros puntos. Incluso, desde Economía indicaron que, llegado el caso en que el FMI decida otorgar financiamiento sin la intromisión dentro de las políticas locales (tema que es muy discutido dentro del G-7), analizarían el tema con interés.

Por otro lado, Martín Redrado estuvo reunido ayer con sus pares de Brasil y México (que ayer intervino, para mantener su moneda, con 600 millones de dólares). Las tres autoridades monetarias coincidieron en el rol fundamental que tienen hoy los bancos centrales para controlar la volatilidad del sistema monetario. “Esta crisis no tiene un horizonte claro. Lo prioritario es la intervención para evitar las devaluaciones abruptas”, indicaron a este diario funcionarios del Central. Incluso, desde Economía ratificaron que las subas del tipo de cambio son administradas y que no hay margen para hacer otra cosa. “Nadie sabe cómo se asentará esta situación.”

Ayer el Banco Central vendió por la mañana 160 millones de dólares (el saldo de la jornada fue de 80 millones). El dólar minorista cerró en 3,27 pesos. Desde el Central no hablan de un “techo de devaluación”, sino que aseguran que la herramienta de administración del tipo de cambio que están utilizando evita tener que poner un techo. “Lo que se busca es que el dólar no suba rápidamente. Nunca fue nuestra meta y menos en este contexto de crisis. No hay una intervención para poner techo”, señalaron cerca de Redrado.