“El plan económico del Gobierno sigue siendo el mismo: vamos a seguir teniendo un tipo de cambio competitivo y superávit fiscal y comercial”, repitió varias veces esta semana Cristina Fernández de Kirchner. De esa forma, la Presidenta responde a quienes reclaman un tipo de cambio más alto. Pero enseguida aclara: “No me pidan que, en medio de esta vorágine financiera, aliente a la sociedad a salir a comprar dólares”. Tanto ella como el ex presidente Néstor Kirchner piensan que uno de los principales activos con que cuenta el país para enfrentar la crisis financiera internacional es la fortaleza de su sistema financiero. Y no quieren ponerlo en riesgo exponiéndolo a una corrida. Por ese motivo, la idea es esperar a que pase la tormenta para recién después ir ajustando en forma moderada el precio de la moneda estadounidense a lo largo de 2009 para que recupere competitividad frente al alza de los precios.

Los industriales le están reclamando al Gobierno que responda a la devaluación del real con una inmediata suba del dólar. Pero en el Ejecutivo piensan que la realidad argentina es absolutamente distinta a la del país vecino. “Luego de apenas una semana de minidevaluaciones ya teníamos colas de gente en las casas de cambio. Los pequeños inversores sacaban los plazos fijos, compraban dólares y los guardaban en el colchón; en Brasil la cotización del dólar no es un tema de la mayoría, sólo les interesa a empresarios y financistas”, explicó a Páginai12 una fuente de Economía. “Tenemos que cuidar el sistema. Mientras en el Primer Mundo caen los bancos, acá siguieron creciendo los depósitos hasta fines de septiembre. Los bancos siguen dando créditos y así la economía puede seguir funcionando. Esto es algo que pocos países pueden mostrar”, señaló a este medio el mismo funcionario.

La idea del Gobierno es que el año que viene, con los mercados más tranquilos, el Banco Central puede ir comprando dólares de manera paulatina, consiguiendo a la vez una suba gradual del precio de la divisa y un incremento de las reservas. Además, afirman en Economía, es demasiado rápido para hacer comparaciones con la paridad brasileña. “La devaluación del socio mayor del Mercosur fue muy brusca. Hay dos posibilidades: o recorta una parte de la suba o sufre un incremento de sus precios internos que le hace perder competitividad.”

La Unión Industrial está en desacuerdo y se lo expresó a la Presidenta en la reunión en Olivos. “Con la inflación de estos años y la devaluación de Brasil, la relación de tipo de cambio bilateral es igual que en 2001. El nivel de actividad está cayendo. Si no devaluamos, no vamos a exportar nada”, le dijo Juan Carlos Lascurain, el presidente de la UIA, a Cristina Fernández de Kirchner. La respuesta fue fulminante: “No me vengan a pedir que genere una corrida cambiaria”. A pesar de que la primera mandataria les pidió paciencia, los industriales siguen quejándose como si no entendieran que existe una crisis global. Un alto miembro de la entidad le expresó a Páginai12 su preocupación por lo que, a su entender, significa un cambio en la política kirchnerista. “Este no es el plan que nos sacó del infierno, ya no somos competitivos, y está cayendo la actividad”, afirmó.