Por suerte apareció Cavallo. Sí, el mismo Domingo Felipe que pergeñó en 1994 el régimen de capitalización individual, al que llamó con cierta perversión “de solidaridad previsional”. Y siete años después, “el corralito” y el final a toda orquesta de la convertibilidad. Ayer volvió para calificar como “otro engaño alevoso” al proyecto que elimina la jubilación privada. Proyecto que describió como la “confiscación de ahorros de 3,6 millones de futuros jubilados”. Comparando, Cavallo sostuvo que dicho cambio “va a provocar un deterioro mayor a aquél que en 2002 provocó la pesificación con devaluación”. Obvió recordar que aquélla fue la respuesta al estallido que él mismo generó en diciembre de 2001. Quien en 1994 intentó destruir el sistema previsional público alentando la capitalización privada, provocando un déficit público permanente, hoy se preocupa por el equilibrio fiscal. El Gobierno, dijo, “enfrenta un enorme agujero fiscal”, que intenta resolver con los fondos de las AFJP, pero augura que no logrará pasar de 2010 o 2011, cuando ya no cuenten con los fondos acumulados en cuentas de capitalización. Para entonces, quizás vuelva a hablar y dar la nueva voz de alarma. Que, al menos, no vuelva a ser ministro.