La automotriz estadounidense General Motors desistió ayer de comprar a Chrysler, su principal competidor, e informó a través de un comunicado que se encuentra al borde de la quiebra. “Las consecuencias de una quiebra serían terribles y superarían ampliamente a General Motors, en consecuencia tomaremos todas las medidas posibles para evitarla”, afirmó Rick Wagoner, presidente ejecutivo de la firma. La pérdida neta del número uno estadounidense del sector automotor alcanzó los 2500 millones de dólares en el trimestre finalizado en septiembre. Según la prensa estadounidense, el proyecto de la compañía de comprar Chrysler al fondo Cerberus se habría encontrado con el rechazo del Tesoro estadounidense a prestarle los 10.000 millones de dólares necesarios para la operación. No obstante, el flamante presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se comprometió ayer a asistir a la industria automotriz para ayudarla a superar la situación actual. No sólo General Motors está en problemas. Ford anunció el jueves pérdidas por 129 millones de dólares en el tercer trimestre, pero informó que sus pérdidas operativas ascendieron a 2980 millones de dólares.