Lo que hizo Héctor Massuh con la papelera que lleva su apellido como marca fue una ingeniería de vaciamiento. En 1998, con un abultado pasivo acumulado, Massuh SA pidió ante la Justicia la convocatoria de acreedores para refinanciar y estirar los vencimientos de su deuda. Según consta en los últimos balances presentados ante la Comisión Nacional de Valores, al 31 de marzo de 2008 el pasivo total de la papelera era de 308 millones de pesos. La mayor parte de esta deuda es con el Banco Nación y el Provincia.

El proceso de vaciamiento comenzó cuando la papelera vendió en 2007 su planta de embalaje de San Justo. La compradora fue la firma Fibra Papelera, que pagó 32 millones de dólares. Según las actas de la asamblea de accionistas del 23 de marzo de 2007, la empresa hizo renunciar a toda la planta directiva de Fibra Papelera para designar un nuevo directorio, integrado por Héctor Massuh y Rolando Ahualli.

El año pasado, Massuh pidió un crédito de 40 millones de dólares al fondo IIG TOF B.V., para cancelar una deuda con el mismo acreedor por 25 millones de dólares. Según la empresa, el resto se habría utilizado para pagar salarios, materias primas y otras deudas. En cambio, los trabajadores denuncian que nada de ese crédito ingresó a la fábrica.

Otro hecho que cuestionan los trabajadores es la venta de un inmueble de Parque Patricios que funcionaba como sede central de Massuh. Según consta en declaraciones ante la CNV, el edificio estaba valuado en casi nueve millones de pesos, pero se terminó pagando aproximadamente cuatro millones.

“Inventaron ventas entre ellos como una maniobra de vaciamiento”, señaló a este diario el abogado del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, Agustín Comas.

En la asamblea del 22 de diciembre del año pasado, los directivos aprobaron las remuneraciones y los honorarios anuales: 326.862 pesos en concepto de sueldos y 2,6 millones de pesos como honorarios para sus directores. Para ellos, habían encontrado la plata.

La CNV abrió un sumario contra los directores de Massuh –una suerte de juicio administrativo– por los balances trimestrales no presentados. Incluso, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires también le pidió a Daniel Moulia, quien oficiaba de Director de Massuh antes de la intervención estatal, para que informe sobre la situación patrimonial de la empresa. Desde el Banco Nación indicaron a Página/12 que no le regalarán nada a Héctor Massuh, aunque por el momento el tema de la deuda pasó a un segundo plano. Por su parte, los trabajadores insisten con que Massuh sea denunciado penalmente por el vaciamiento, un hecho que reforzaría sus posibilidades de quedarse con la compañía una vez que finalice el Fideicomiso.