Fernando Sánchez

Si llegamos a derogar el decreto, el día siguiente no será sencillo para el Estado. Pero hoy tampoco estamos en una situación sencilla de resolver. De imponer nuestro proyecto, al día siguiente deberíamos continuar con los subsidios para luego revisar con profundidad las tarifas. Con (Alfonso) Prat Gay decimos que hay que gravar la renta financiera para dejar de castigar a los pequeños empresarios con el impuesto al cheque. Se puede gravar la minería. Incluso, si se bajan las retenciones aumentaría automáticamente la producción agropecuaria y mejoraría la recaudación. Con una recomposición de los precios internacionales de los granos y una baja en los derechos de exportación, el Estado no debería tener ningún problema fiscal. Sin embargo, hoy se quitan los subsidios porque no hay plata. De todas maneras, no hay que tenerle miedo a los subsidios, lo que pasa es que acá se los aplicó mal. Creemos que la transferencia de los recursos terminó en manos de quienes no lo necesitaban, es decir las empresas que forman parte del sistema energético. Con la excusa de las tarifas bajas, se benefició a las compañías. Hay que salir de la trampa subsidios o aumentos tarifarios.