La “moneda verde” que impulsa el Brasil de Lula es “una gran incógnita”, a juicio de la consultora Ecolatina, que perteneciera a Roberto Lavagna. La idea apunta a que el comercio agrícola en el Mercosur pueda realizarse sin empleo de dólares, salvo cuando periódicamente las bancas centrales compensen los saldos del intercambio.
Aunque Ecolatina ve algunas ventajas en la iniciativa que diera a conocer el brasileño Aloizio Mercadante, como la intensificación de las relaciones comerciales y el menor riesgo de pago de la contraparte, le brinda una acogida más bien escéptica.
A la consultora no le parece razonable creer que la demanda total de dólares vaya a reducirse en el país deficitario (para el caso Brasil), más allá del corto plazo. Pero como los saldos serán compensados en dólares en algún momento (como ya ocurre cuatrimestralmente en el Convenio de Crédito Recíproco), y este hecho es conocido de antemano, “la presión cambiaria de tipo especulativo tendría lugar hoy, neutralizando entonces el efecto buscado”.
Ecolatina sospecha que la “moneda verde” vendría acompañada de “algún esquema de tipo de cambio diferencial, al estilo de los precios sostén de la PAC (Política Agrícola Común) europea”.