En un empeño por demostrar que no están definitivamente interrumpidas las discusiones con la Argentina por un eventual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, su titular, Horst Köhler, aclaró ayer que la situación es “de diálogo”. Su vicedirectora ejecutiva, Anne Krueger, aludió a la misma situación pero con énfasis en los desencuentros: “Hay algunos temas abiertos que no permiten avanzar”, sentenció la dura del organismo.
Ambas declaraciones dan la pauta de que, a pesar de las dificultades, aún hay voluntad negociadora de ambas partes. Sin embargo, difícilmente haya un acercamiento antes de la semana próxima, cuando se cumplirán los 30 días desde que Argentina incumplió con un pago de 805 millones de dólares al Banco Mundial: la entidad, que ya suspendió el análisis de nuevos préstamos, a partir de esa fecha suspenderá también los desembolsos de los créditos que están en ejecución.
“Hay algunos temas abiertos y que, por otra parte, no son públicos. Apenas los resolvamos confiamos seguir avanzando”, aseguró ayer Krueger desde Bruselas, antes de insistir en la necesidad de que Argentina tenga un plan económico “sostenible”. El planteo discrepa en cierto modo con la visión que intenta transmitir el gobierno argentino de que las discusiones técnicas estarían agotadas y sólo falta una coincidencia de tipo político. Casi al mismo tiempo, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, confirmaba desde México parte de la estrategia oficial en la materia. “No hay país que haya sido obligado a pagar todos sus vencimientos de intereses y capital sin tener una renovación de sus vencimientos con organismos multilaterales”, aseguró el funcionario. Los gestos de buena voluntad coincidieron con la designación del nuevo titular del BCRA.