Entre los temas que se tratarán este fin de semana durante el encuentro de líderes del G-20, se destaca la reforma del sistema bancario, conocido como Basilea III. Actualmente rige Basilea II, pero la crisis internacional que se desató con el estallido de la burbuja hipotecaria estadounidense puso al descubierto sus falencias. Una de la críticas que se le hace es la posibilidad que tienen los propios bancos de medir su propio riesgo y nivel de apalancamiento. En el cambio del actual régimen se viene trabajando hace varios meses y se espera que los mandatarios lo aborden dentro de un conjunto de medidas que pretenden impulsar para reforzar el capital bancario. Basilea III exigirá a los bancos tener un nivel mínimo de activos líquidos y debería entrar en vigor a finales de 2012, pero esto depende del lobby de los bancos porque se relajen algunas exigencias.