“No faltará carne”, aseguró el subsecretario de Ganadería, Alejandro Lotti, respondiendo a los pronósticos fatalistas que aseguraban que en 2010 se iba a tener que acudir a la importación. En cambio, ofreció un diagnóstico positivo para el sector, que estaría en vías de recuperación luego de la sensible baja en el stock producto de la caída en la rentabilidad y de la sequía. Advierte una recomposición de los precios, que junto a la mejora climática impactan de forma positiva en la oferta, impulsando también un aumento en el peso promedio de faena. En Agricultura esperan que para 2015 se recupere un consumo promedio de 60 kilos por persona al año, con exportaciones en torno del 12 o 14 por ciento de la producción y con un stock de 57 millones de cabezas. Para lograrlo, Lotti indicó que los precios actuales deben mantenerse y se debe incorporar más tecnología estimulando fuertemente la inversión. La baja y/o eliminación de retenciones empeoraría el panorama para la actividad.

Uno de los pronósticos que auguraban los empresarios del agro junto a algunos dirigentes de la oposición a mediados de 2009 era que “la Argentina va a celebrar el Bicentenario comiendo carne uruguaya”. Aseguraban que el ritmo de faena no llegaría a satisfacer el consumo, con la consiguiente necesidad de importar. Pero la situación cambió favorablemente para los productores en lo que va del año. También se produjo una recomposición de la rentabilidad agraria, en especial de la soja, que llegará a un record de producción.

Los analistas advierten que tanto la sequía como los bajos precios desincentivaron la actividad ganadera hasta fines del año pasado. Desde 2004 el stock se ha estado reduciendo, de 58 millones de cabezas hasta llegar a 49,7. La mayor liquidación se produjo entre 2008/09, que impulsó los precios a la baja promoviendo el consumo de carne, que trepó hasta los 70 kilogramos por persona al año, por encima del promedio histórico de 60/62 kilos. Luego de la liquidación, los precios comenzaron a recomponerse, más que duplicando los valores del año pasado. Esto permitió recuperar rentabilidad a los productores, hecho en el que coinciden tanto empresarios ganaderos como en la cartera que encabeza Julián Domínguez. Simultáneamente, el consumo cayó hasta los 54 kilos por año.

Lotti explicó ante Página/12 que el escenario es favorable con este nivel de precios. “Pero de la rentabilidad que obtiene el productor, un 70 u 80 por ciento debe reinvertirse para recuperar la hacienda perdida, y hay señales clarísimas de que la gente está invirtiendo en ganadería en razón de la demanda de semillas forrajeras y los precios que los reproductores registran en los remates”, manifestó.

En Agricultura proyectan que para 2015 el consumo anual podría volver a los valores normales, “un piso de 60 kilos”, y las exportaciones a 400 mil toneladas al año, un 12 o 14 por ciento de la producción. Para lograrlo, el stock debería incrementarse hasta las 57 millones de cabezas. Parte de esa estrategia debe contemplar la rentabilidad relativa de la ganadería frente a otros rubros, relación que se vería altamente afectada si prospera la propuesta de las corporaciones en conjunto con parte de la oposición de eliminar/bajar retenciones a los cultivos más relevantes.