De acuerdo con un sondeo de opinión pública que realizó la consultora Ibarómetro entre el 1º y el 4 de este mes, con 1200 casos en todo el país, la aprobación ciudadana al programa Conectar Igualdad llega al 76,5 por ciento. El titular de la Anses, Diego Bossio, contó a este diario que su experiencia en el reparto casi diario de netbooks en escuelas de todo el país “es muy emocionante”, dado que la gran mayoría de los alumnos celebra la iniciativa. “La semana pasada en Lomas de Zamora entregamos 1652 equipos y la directora de la escuela me dijo que era el día más feliz en sus 35 años como docente”, rememoró. “Para darme una noción de lo que ésto significa, me llevó a la sala de informática que antes tenía el colegio para los alumnos, con sólo 14 computadoras”, agregó.

Hasta ahora el único incidente durante las entregas ocurrió en Mar del Plata, adonde un estudiante de ese distrito que iban a recibir las máquinas subió al escenario, les gritó corruptos a Bossio y al ministro de Economía, Amado Boudou, y tiró la netbook al suelo. Luego rompió en llanto, mientras reclamaba que en lugar de distribuir computadoras le dieran de comer a su familia. El chico bajó del escenario custodiado por el personal de seguridad, por sus propios medios. “Fue una situación inesperada, que lamentamos, pero después viví la paradoja de que seis chicos de ese mismo colegio vinieron llorando a decirme que a ellos no les habían entregado las máquinas, por un problema burocrático”, indicó el funcionario.

“El programa tiene que madurar. Se van a ir resolviendo situaciones, como ocurre con la Asignación Universal por Hijo. Pero este plan es el más ambicioso a escala continental”, afirmó. De hecho, el Plan Ceibal de Uruguay, pionero en la región, lleva distribuidas alrededor de 400 mil computadoras, de calidad inferior, mientras que en la Argentina la aspiración es llegar a los tres millones hasta 2012.

De acuerdo con la visión del Gobierno, Conectar Igualdad se convertirá en un potente instrumento para la alfabetización digital. La iniciativa persigue el objetivo de cerrar la brecha interna y externa de acceso a la informática: entre un alumno de la Ciudad de Buenos Aires y otro de una pequeña localidad del interior del país, por ejemplo, y entre un estudiante argentino y otro de Francia o Nueva Zelanda, en el segundo caso.