ECONOMíA • SUBNOTA › “HAY QUE ERRADICAR LA IDEA DE UN FUTURO COMO PAíS AGROEXPORTADOR”
El economista Aldo Ferrer, designado como embajador en Francia, señaló la necesidad de una gran base industrial para lograr un desarrollo inclusivo. “Una base agropecuaria es importante, pero no tenemos futuro como país agroexportador”, sentenció.
› Por Tomás Lukin
El prestigioso economista Aldo Ferrer consideró que para profundizar el actual modelo productivo es necesario realizar una reforma tributaria, preservar la competitividad incorporando más variables que el tipo de cambio, impulsar un banco de desarrollo y consolidar un sistema nacional de ciencia y tecnología que permita reducir la brecha entre el valor agregado de las exportaciones y el de las importaciones. “Tenemos que terminar definitivamente con la idea de que Argentina puede tener un futuro como país primario exportador”, sentenció ayer el flamante embajador argentino en Francia durante una conferencia en las Jornadas Económicas, Jurídicas y Sociales que organizó la Comisión Nacional de Valores.
A pocos días de mudarse a París, Ferrer destacó que las actividades primarias exportadoras son uno de los pilares centrales del crecimiento económico. Sin embargo, el miembro del Plan Fénix advirtió que la producción agropecuaria es insuficiente para liderar un proceso de desarrollo inclusivo: “Una economía reducida a la producción primaria tiene capacidad para emplear a un tercio de la población, sin una gran base industrial no tenemos ninguna posibilidad de realizar una política de inclusión social y tampoco podremos lograr una inserción simétrica en el sistema internacional”, aseveró.
Acompañado por el titular de la Comisión Nacional de Valores, Alejandro Vanoli, el economista defendió la importancia que tiene la diferenciación del tipo de cambio mediante el esquema de retenciones en un país con una estructura productiva desequilibrada como Argentina. “Una base agropecuaria es importante, pero no tenemos futuro como país agroexportador. Es necesario incursionar en las industrias de frontera, impulsar la actividad pyme, retener el ahorro interno, realizar una reforma tributaria. Requerimos una visión federal del desarrollo para lograr un sistema nacional productivo diversificado, complejo e integrado”, consideró el ministro de Trabajo y Economía durante las presidencias de facto de Rodolfo Levingston y Alejandro Lanusse. El ahora diplomático sostuvo la necesidad de constituir un banco nacional de desarrollo como herramienta para asegurar la sostenibilidad del modelo en el mediano y largo plazo. En ese sentido destacó el rol que está cumpliendo el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses en algunas áreas.
Durante su intervención, Ferrer no eludió hablar de la inflación: “Los precios crecen más de lo que conviene. Pero ese comportamiento no tiene nada que ver con las experiencias históricas del país. Hoy no corremos un riesgo de desborde inflacionario, la economía está sólida”, expresó. No obstante, el economista advirtió que “cuando los precios suben más de lo que conviene surgen problemas en otras áreas: se atrasa el tipo de cambio o se acumula el gasto público en subsidios a los servicios públicos. Pero de ninguna manera estamos en presencia de una inflación por exceso de demanda o insuficiencia de oferta, por eso es necesario recurrir a enfoques heterodoxos para enfrentar esta inflación inercial”. Además, Ferrer enfatizó la importancia de preservar un tipo de cambio competitivo y evitar la primarización de la economía, dos conceptos que estuvieron presentes el martes en el discurso de apertura de las sesiones legislativas que realizó la Presidenta.
A diferencia de la visión hegemónica donde el proceso de crecimiento que comenzó en 2003 se debe exclusivamente a condiciones externas favorables para la colocación de los commodities agropecuarios, Ferrer señaló que uno de los aspectos centrales de la década pasada fue la “recuperación de la soberanía sobre la política económica y la reaparición del Estado”. Ese cambio de paradigma que se desarrolló a lo largo de los últimos ocho años permitió, según Ferrer, comenzar a revertir las consecuencias en materia de empleo, distribución del ingreso y desintegración de la estructura productiva luego de 25 años de apertura, desregulación, primarización y extranjerización.
Para el economista, esa fortaleza relativa quedó plasmada durante la actual crisis financiera global: “En otras circunstancias, ante temblores mucho menos graves, el país enfrentó consecuencias muy graves. Frente a esta crisis el país se mantuvo de pie, existieron impactos y soportó una fuerte salida de capitales. Pero exhibió una fuerte capacidad de resistencia”, apuntó Ferrer. Al igual que Vanoli, enfatizó la recuperación de un pensamiento crítico y nacional.
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