ECONOMíA
• SUBNOTA › EL MINISTRO ESPERABA UN APOYO “CONTUNDENTE” DEL FMI
Remes cumplió y no tuvo premio
El ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se mostró decepcionado por la reacción del Fondo Monetario Internacional ante el nuevo plan económico. “Debió haber habido una respuesta más contundente”, se quejó. En tanto, desde Washington, voceros del organismo insistieron en el clásico “no hay comentarios”. En una extensa declaración de buena voluntad ante corresponsales extranjeros, Remes también justificó la virtual licuación de deudas a las grandes empresas. El argumento fue la necesidad de “no discriminar” entre deudores. En lo referente al mercado cambiario, el ministro se negó a dar indicios sobre la futura intervención del Banco Central, pues se trataría de “un secreto de Estado”. No obstante la rispidez del asunto, el funcionario dejó espacio para el humor. Una apertura el próximo lunes a 1,40 peso por dólar sería “un buen precio”, consideró.
El juego del Gran Bonete en que degeneró la aceptación de la sugerencia fondomonetarista de dejar flotar el tipo de cambio antes de acordar cualquier ayuda financiera vivió ayer un nuevo episodio. A juzgar por las declaraciones del ministro, los cálculos gubernamentales no eran, como se anunció, que las reservas existentes superaban el circulante, sino que, una vez anunciado el plan que recolectaba las sugerencias del FMI –en particular en lo atinente a flotación cambiaria y metas de déficit–, el organismo soltaría los fondos indispensables para una flotación exitosa. Desde el Fondo, sin embargo, la única respuesta fue el silencio. Silencio que fue claramente interpretado como falta de entusiasmo ante las nuevas medidas. Para ganar tiempo, en Argentina se optó por sucesivas postergaciones del feriado cambiario que ahora se extenderá hasta el lunes.
La explicación elegida por Remes fue más instrumental. “Anunciamos la liberación del mercado de cambios, falta una serie de circulares, pero el día lunes se va a abrir”. No obstante, reconoció que “el gobierno no se plantea la hipótesis de que el FMI no lo va ayudar”. Las negociaciones “comenzarán en los próximas días”, se esperanzó. Pero la ansiedad del ministro estaba en el aire. “El domingo expusimos el programa. Hubiera sido óptimo su anuncio conjuntamente con el del apoyo internacional”. Pero como ello no sucedió, ahora el respaldo deberá llegar “lo antes posible, porque para poder llevar adelante una política cambiaria razonable y poder ir avanzando en la liberación de los depósitos del corralito es imperiosa la asistencia internacional”, se sinceró.
En el almuerzo compartido con los embajadores del Grupo de los 7, España y Rusia, Remes Lenicov realizó las mismas demandas. Según un vocero que participó del encuentro, el ministro pidió a los embajadores “que sus gobiernos sean más explícitos a la hora de apoyar las medidas económicas adoptadas por la Argentina”. Según la fuente, Remes habría reclamado “apoyos más concretos que las expresiones de deseo recibidas hasta ahora”.
Amén de la demanda por la ayuda que no llega, el ministro también recorrió, sin mayores precisiones, algunos tópicos de los anuncios. Entre ellos, aseguró que la pesificación 1 a 1 de todas los deudas, con prescindencia de sus montos, no representaba licuación alguna. “Con la pesificación no hay licuación de deudas. Hay que plantear reglas iguales para todos, sin discriminar empresas”, argumentó. Este singular concepto igualitario fue esgrimido precisamente para justificar que grandes grupos económicos endeudados en dólares, pero que además son exportadores y por lo tanto sus ingresos también son en dólares, hayan recibido el mismo tratamiento que, por ejemplo, un pequeño deudor hipotecario.
Por último, Remes optó por refutar a quienes acusan al equipo económico de improvisar sobre la marcha. “Vamos a cambiar cuantas veces sea necesario, eso hace que en lo instrumental del plan haya marchas y contramarchas”. No obstante, el plan no es “un experimento argentino”, señaló, sino que está inspirado en lo que hicieron otros países en circunstancias similares. “¿Es que alguien tiene la fórmula para salir de una crisis tan brutal sin cometer equivocaciones?”, se preguntó.
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