La aplicación de licencias no automáticas de importación para los vehículos terminados de parte de Brasil, medida que afecta mayormente a la Argentina, fue recibida con entusiasmo por los industriales del país vecino. El presidente de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp), Paulo Skaf, quien también fue candidato a gobernador de ese distrito, calificó como “lloriqueos” los reclamos de la ministra de Industria argentina, Débora Giorgi. “La ministra debería primero mirar lo que andan haciendo en relación con Brasil, corregir sus actitudes, para después reclamar por las actitudes del gobierno brasileño”, le dedicó el empresario que encabeza la entidad patronal más influyente de su país. Skaf aseguró que la demora en la entrega de licencias de parte de la Secretaría de Industria “deja sin previsión tanto al importador argentino como al exportador brasileño”.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil, José Augusto de Castro, manifestó ayer, en un foro organizado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) realizado en Río de Janeiro, que “en verdad Brasil acostumbró mal a nuestros socios. Llega una hora en que se tiene que decir ‘basta’”. “¿Hace cuánto tiempo que la Argentina viene creando dificultades? Promete que va a emitir la licencia automática en 60 días, pero ese plazo llega a 120, 180 días. Recientemente, Argentina autorizó la importación, pero prohíbe la venta en el mercado interno. ¿Cómo es que la empresa va a vender para allá sin saber si va a conseguir hacer la entrega y, si lo consigue, si va a poder vender?”, cuestionó Castro, en referencia a los productos que obtienen su licencia pero luego no reciben la autorización de la Aduana para circular.