Si Cristina Fernández de Kirchner lo hubiese hecho para forzar la aprobación de una ley, posiblemente se la hubiera acusado de avasallar un poder independiente derivando en un escándalo nacional. Sin embargo, el que ayer decidió pedirle al pueblo que presione a la oposición fue el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El mandatario solicitó al mediodía que los ciudadanos llamen y le envíen “tweets” y sms a los legisladores demócratas para que apoyen un compromiso bipartidista que permita ampliar el techo de la deuda y así evitar el default. Luego fue más allá y desde su propia cuenta de Twitter, con 9,4 millones de seguidores, difundió las cuentas de los legisladores republicanos, estado por estado.