El rechazo público de Cristina Fernández de Kirchner al proyecto de ley para distribuir una porción de las ganancias empresarias entre los trabajadores fue un baldazo de agua fría entre los colaboradores más cercanos a Hugo Moyano. La ausencia del líder sindical durante la intervención de CFK no fue casual: “Por qué vamos a tener un gesto con el Gobierno cuando parece que somos los principales enemigos, están equivocados”, explicaban desde la central sindical. El idilio en el vínculo con la UIA contrasta con la tensa relación que mantiene el dirigente camionero con el Poder Ejecutivo. Antes de las elecciones, la Presidenta y Moyano se habían reunido en Olivos para limar diferencias. Ambas partes consideraron que el encuentro había sido fructífero, pero la relación no pasa por su mejor momento. Ayer la mandataria reclamó ante los empresarios que “no envíen mensajes a través de los diarios, ya que por esos medios no se solucionan las cosas”, y cuando destacó la ausencia de Moyano señaló que “lo lee todos los días en los diarios con mensajes al Ejecutivo y sus funcionarios”. En la central sindical enfatizan que “estamos con el nivel de conflictividad más bajo desde el regreso a la democracia” y reclaman la atención del Gobierno a las demandas sindicales, como el incremento del mínimo no imponible de Ganancias.