Como respuesta a la salida de depósitos en dólares, los bancos elevaron sus tasas de interés para retener a sus clientes. Esta situación encareció también los préstamos del sector. ¿Existen riesgos de que ese aumento restrinja el crédito?

–No estamos previendo una desaceleración del crédito por el lado de la tasa. Para 2011 nos propusimos una mejora del crédito de un punto del PIB y cerramos con una suba de dos puntos. Para el 2012 estimamos otro punto de crecimiento. Más allá de eso, el objetivo es mantener el crédito con destino comercial.

–¿Se reacomodarán las tasas a la baja?

–Hubo reuniones con los banqueros y el compromiso que asumió el sector es reducir la tasa de interés en 3 puntos antes de fin de año. Lo sigo a diario y lo están haciendo. No obstante, hay muchos bancos que están por encima de lo que sería deseable. De hecho, la Badlar (tasa promedio en depósitos a plazo fijo) llegó a estar en 22 por ciento y ahora está en 18 por ciento. La discusión ahora pasa por bajar los spread (diferencia entre tasas de préstamos y depósitos). La idea es seguir sentándome con los banqueros para que se consolide la baja.

–¿El crédito a largo plazo para inversión o compra de viviendas continúa siendo una asignatura pendiente?

–Es un tema pendiente, y lo vamos a trabajar en 2012. La idea es avanzar este año con los swaps de tasas (contratos para reducir los riesgos de variación de tasas). Básicamente, lo que uno está viendo es que hay poco crédito al más largo plazo, y el que hay es de bancos públicos. En ese sentido, fue importante la fuerte liquidez que logró el Crédito del Bicentenario, que se va a mantener el año próximo.