Vie 01.06.2012

ECONOMíA • SUBNOTA  › LA PRESIDENTA DE LA NACION CUESTIONO LA ESPECULACION RURAL

La avaricia, pecado capital

En el marco del debate por la redistribución de la carga impositiva, Cristina cuestionó el comportamiento excesivamente especulativo de algunos productores. La subvaluación fiscal y el proceso de valorización de los campos.

› Por Tomás Lukin

“La avaricia es un pecado capital”, recordó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a los empresarios agropecuarios. Si bien no se refirió directamente al comportamiento del sector frente a las modificaciones del Impuesto Inmobiliario Rural en la provincia de Buenos Aires, la mandataria cuestionó su comportamiento especulativo. Durante un acto de entrega de viviendas en Casa Rosada, la mandataria lamentó “las pérdidas de los cereales almacenados en los silobolsa que generaron las inundaciones en la zona de Azul y Carlos Casares. No nos alegra para nada, pero yo me acuerdo que en este mismo lugar les dije: ‘Vendan que está bueno el precio; no quieran especular por si se va a un peso más el dólar o baja un peso más la soja’”.

Cuando Scioli promulgue los cambios en el Impuesto Inmobiliario Rural los propietarios de campos en la provincia pasarán a pagar en promedio 76 pesos al año por hectárea, en lugar de los 47 pesos que pagan en la actualidad. El aspecto central de las modificaciones en el Impuesto Inmobiliario Rural es la actualización del valor fiscal de la tierra. El valor fiscal es el monto utilizado para determinar cuánto pagarán de impuestos por las propiedades. Ese valor está congelado hace más de quince años. La subvaluación fiscal de la tierra convive con un escenario de valorización en el precio de los campos y un extraordinario incremento en los niveles de rentabilidad que posibilitan el comportamiento especulativo cuestionado ayer por CFK.

En distritos donde el precio de la hectárea supera los 45 mil pesos (10 mil dólares), el valor que se toma en cuenta para determinar el Impuesto Inmobiliario Rural no supera los 1200 pesos (270 dólares). El propietario de 168 hectáreas en General Alvear, terreno para la cría con un precio de mercado de 1,3 millón de pesos, paga menos por el Impuesto Inmobiliario Rural que el dueño de un Renault Sandero modelo 2011. Los propietarios del campo abonan 1800 pesos al año por el inmobiliario rural, mientras que el dueño del auto desembolsa 2700 pesos al año por la patente de su auto. Con la reforma, ambos pasarán a pagar lo mismo.

La falta de actualización del valor de la tierra y su reemplazo por coeficientes zonales de ajuste generó grandes distorsiones en el impuesto. Así, según explica el director de Política Tributaria de la provincia de Buenos Aires, Agustín Lódola, se perdieron los aspectos progresivos del tributo: más allá de su valor fiscal, paga el mismo impuesto por hectárea una importante fracción de campo en Rojas, el partido con mayor valuación, que una pequeña parcela de la zona de depresión del Salado en Dolores. Además, argumenta Lódola, “generó que haya municipios, como Necochea, donde los campos pagan el mismo impuesto por hectárea que 9 de Julio, aunque la valuación de este último sea de un 50 por ciento más que la de Necochea”.

Según señalan desde el equipo económico de Scioli, los cambios en el tributo rural implicarán una revaluación de las tierras de forma que su valor fiscal pasará a representar alrededor del 50 por ciento del precio de mercado. El proyecto aprobado ayer sostiene que el impacto de esa actualización “no producirá grandes efectos sobre el pago del impuesto debido a que se utiliza una base imponible por la mitad del valor fiscal”. Así, si el campo está valuado en 200 pesos, la base imponible será de 100 pesos. Pero además, la cifra sobre la que se aplicará la nueva alícuota reducida de 4 a 1 por ciento se ve sometida a un conjunto de ajustes de forma tal que el impuesto se abonará sobre el 30 por ciento del valor óptimo establecido.

A pesar del lamento de las cámaras patronales, que ayer volvieron a provocar incidentes en las inmediaciones de la Legislatura bonaerense, el 62 por ciento de las partidas que hay en la provincia pagarán lo mismo o menos por el Impuesto Inmobiliario Rural. Asimismo, las regiones inundadas o en emergencia agropecuaria están exentas de pagar el tributo. Los cambios en la valuación del patrimonio de los propietarios de los campos los llevarán, en muchos casos, a pagar ganancia mínima presunta y bienes personales a nivel nacional. Ese punto afectara a los dueños de campos medianos y grandes.

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