La presidenta Cristina Fernández de Kirchner rescató en su discurso en cadena nacional algunos de los conceptos planteados por el periodista Alfredo Zaiat, de este diario, en artículos publicados el fin de semana.

“El otro día leí un artículo muy bueno, el domingo, en Página/12, de un excelente economista, (Alfredo) Zaiat, donde hacía todo un análisis realmente brillante y clarísimo de rentabilidad, de comparar con balanza comercial, con salarios, con deuda externa, la situación sólida y solvente de la Argentina en todos los frentes ante al vendaval que es el mundo, y él lo decía, la cosa obsesiva que quedó del esquema de la convertibilidad y que es de la cultura. Esto es una batalla cultural, no vayan a creer que hay cuestiones económicas, mejor dicho en los que están haciendo la campañita sí hay cuestiones económicas, me refiero al comportamiento de los argentinos, hasta el propio comportamiento de uno, resabios culturales que le quedan.

Por eso leí el artículo con tanto interés, con mucha claridad lo exponía, pero me gustó lo que citó al final, citó al intelectual vasco –y digo vasco–, si llego a decir español se revuelve en la tumba y vuelve y me mata: Pío Baroja, sí me mata, donde él decía que había siete clases de españoles, y yo soy nieta de gallegos y buena parte de nosotros somos nietos de gallegos, así que me puse a leer atentamente las siete clases que Pío Baroja hablaba de los españoles. Y decía que están los que no saben, ésa es una clase; están los que no quieren saber; están los que odian saber, hay gente que odia saber porque no coincide con lo que ella desea, entonces como no coincide con su deseo y con su cliché cultural odia saber, no quiere saber. Están los que sufren por no saber, ésa era su cuarta categoría; los que aparentan que saben, bueno, de esos contamos para hacer dulce; la sexta son los que triunfan sin saber. Y en esto hay un poco de la cultura migratoria en la Argentina, que creía que tenía buen pasar económico porque había trabajado mucho y no porque había un país y un proyecto político y económico que le permitía que si trabajaba y se sacrificaba desarrollarse y crecer; están también los que triunfan sin saber y la última categoría, para mí la más importante, la más minoritaria, la más chiquitita y que es la que vemos pulular en estos días... El dice que la última categoría son los que viven gracias a que los demás no saben.

Y creo que es un poco la historia de la Argentina, ¿no?, y fundamentalmente de los sectores a los cuales pertenecemos nosotros, los sectores siempre más influenciables, pese a tener formación, instrucción y demás.”