- Luces. El sábado a la noche tuvo lugar en Moscú un impactante festival internacional de luces, con patrocinio oficial, en la Plaza Roja y las inmediaciones. Desde las cinco de la tarde la gente comenzó a acercarse de a montones al centro de la capital rusa bajo un celoso operativo policial que cercó todas las inmediaciones del lugar, de manera que la única forma de entrada a la plaza fuera a través de unos detectores de metales. Se montaron varios escenarios, con proyecciones sobre edificios históricos. Muchísima gente, desde las veredas, disfrutó del show, ya que el tránsito en las calles no fue interrumpido. En la Plaza Roja, la muralla del Kremlin, el palacio que es la sede del gobierno ruso, la catedral de San Basilio, el Museo Nacional y el Gum, lujosísimo centro de compras, reflejaban las luces del escenario central, con una enorme pelota donde se proyectaban animaciones. El mausoleo de Lenin, que también está en la plaza, quedó cubierto por la carpa desde donde operaban los técnicos del show.

- Todo tiempo pasado. No abundan los grandes símbolos soviéticos o vinculados al marxismo en Moscú. Sin embargo, hay pequeños detalles imperdibles. De lo obvio a lo más sutil: una imponente escultura de Marx, parado y mirando al horizonte, está en la zona céntrica, cerca del Teatro Bolshoi. También encabeza el genial alemán una lista de pensadores comunistas grabada en una piedra en alto ubicada a un costado del Kremlin. Pocos monumentos quedaron luego de la perestroika del segundo ídolo de la izquierda, Vladimir Ilych Lenin, aunque peor le fue a León Trotsky, que tiene sólo una plaqueta. Sin embargo, en todos los edificios públicos se conserva, en la parte superior de la fachada, los escudos con el martillo y la hoz, y varios puentes que cruzan el río Moscú y unen la ciudad están adornados, en sus laterales, con fajos de trigo y la hoz, el martillo sobre un yunque y el martillo y la hoz.