Los empresarios que integran la misión comercial encabezada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, recibieron anoche la visita de “Dios”. Diego Armando Maradona fue la sorpresa que el funcionario preparó para la comitiva. El actual embajador deportivo de Emiratos Arabes arribó después de las 21 vestido con un jean y una remera con la cara del Che Guevara al Desert Palm by Per Aquum, una estancia ubicada en medio del desierto, a media hora del centro de Dubai. Los empresarios lo recibieron con una ovación y el clásico canto futbolero: “Oleeeé, Oleeeeé, Oleeeeeé, Diegoooo, Diegooooo”.

“Es difícil estar fuera de la Argentina. Como jugador siempre entendí que la pasión argentina es mayor que la de otros países. Con el tiempo me doy cuenta de que esa pasión sucede en todos los ámbitos. Espero que tengan éxito para que puedan darles trabajo a todos los argentinos”, dijo el Diez ante la mirada atónita de los presentes. Tras acceder a numerosos pedidos de fotos y firmas, finalmente se sentó a comer un asado con carne argentina, aunque la entrada estuvo compuesta por platos típicos de la región. Luego vino el momento de la distensión.

Entre anécdotas, el mejor jugador de la historia del fútbol cantó algunos tangos, cambiando la letra con nombre de jugadores. También tuvo tiempo para definiciones políticas: “Banquemos a la Presidenta y al compañero Guillermo”, afirmó. Luego fue más allá: “Vamos a seguir este camino que empezó Néstor y sigue Cristina y si mañana dicen ‘Diego se hizo cristinista, se equivocan: Soy cristinista’”.

Para la 1 de la madrugada ya se encontraba todo dispuesto para que los empresarios regresaran a sus hoteles en los micros que los esperaban en el predio, debido a que hoy deben continuar con sus rondas de negocios, pero ninguno se quería ir. “Si me piden que los acompañe a Indonesia –próximo destino de la misión comercial–, voy sin dudarlo”, dijo Maradona. La expectativa para hoy es que el ex técnico del Al Wasl visite a Cristina Fernández de Kirchner en el Emirate Palace de Adu Dhabi. “Traerlo a que se encuentre con la Presidenta sería un golazo”, afirmaba Moreno anoche, sonriente y tomándose la cabeza con ambas manos.