Entre 2003 y 2011, bajo la administración de Repsol, la producción de petróleo de YPF se redujo 44,2 por ciento y la de gas natural se retrajo 36,6 por ciento. A partir de la renacionalización del 51 por ciento de la empresa, la situación comenzó a revertirse, a partir de un importante esfuerzo inversor de la compañía en exploración y explotación. Durante el primer año de gestión del Estado argentino, la producción de petróleo se incrementó 2,7 por ciento, mientras que se atenuó sensiblemente la caída en la producción de gas. Durante octubre de este año la producción de crudo alcanzó los 1.048.879 metros cúbicos, que representa un incremento de 6,6 por ciento respecto de igual mes del año anterior, según informó el domingo la compañía. En lo que respecta al gas, la producción fue de 916.453 millones, con una suba interanual de 5,3 por ciento.

“Este crecimiento sostenido en la producción de hidrocarburos refleja el intenso trabajo realizado por YPF en los yacimientos que opera, tanto de hidrocarburos convencionales como no convencionales”, aseguró la firma conducida por Miguel Galuccio a través de un comunicado. La evolución en los niveles de producción hace prever que durante 2013 la compañía exhibirá un crecimiento anual tanto en crudo como en gas. Si bien en este último caso la mejora será muy leve, alcanzará para revertir la tendencia declinante de los últimos años.

YPF tiene previsto seguir incrementando la producción con aportes de yacimientos convencionales y no convencionales. La compañía ya produce más de 10 mil barriles diarios en la formación Vaca Muerta en Neuquén y está trabajando en un cluster junto a la multinacional Chevron en un área de 20 kilómetros cuadrados, donde la petrolera estadounidense se comprometió a desembolsar 1240 millones de dólares en el plazo de un año. Si se concreta el preacuerdo alcanzado ayer entre Argentina y Repsol, la petrolera controlada por el Estado encontrará el camino allanado para celebrar acuerdos de inversión en recursos no convencionales con otras petroleras.