Los sectores ligados a la producción hortícola cuestionaron el anuncio del Gobierno sobre la posibilidad de importar tomates desde Brasil para garantizar el abastecimiento. En cambio, analistas económicos y especialistas de mercado justificaron la propuesta como una alternativa conveniente para resolver problemas de oferta en un mercado que opera con excesivas distorsiones.

El presidente de la Asociación de Horticultores de La Plata, Alberto Pate, consideró que “el jefe de Gabinete está muy mal asesorado, porque va a haber tomate todo el verano, no va a faltar producción si no ocurre ningún fenómeno climatológico adverso”. Señaló que la suba en la lechuga criolla de los últimos días ocurrió por el calor, “porque se siembra bajo cubierta y ahí la temperatura llega a los 60 grados como mínimo y se quemó”. Con respecto al tomate, señaló que “sobra en el período estival” y subrayó que la oferta está garantizada por la producción de las quintas del Gran La Plata y de Mar del Plata.

El vicegobernador de Corrientes, Gustavo Canteros, se pronunció también en defensa de los productores de su provincia, señalando que “traer desde el exterior tomates o cualquier otro producto que se cultive en la Argentina es perjudicar al núcleo de nuestra economía, que es la actividad primaria”.

La medida, anunciada por el gobierno nacional tras escuchar la advertencia de los supermercadistas sobre un eventual faltante en las próximas semanas fue en cambio respaldada por los economistas Ricardo Aronskind y Damián Di Pace. El primero señaló que es legítimo que el Gobierno busque garantizar la oferta ante problemas estacionales, en tanto que el segundo advirtió sobre el irregular funcionamiento de las cadenas de comercialización, materia en la que señaló que la Argentina tiene una asignatura pendiente.