Axel Kicillof estimó que el costo del “plan de inclusión jubilatoria probablemente sea de 12 mil millones de pesos, es decir 1500 millones de dólares que van ahí, porque estamos en condiciones financieras de encararlo, porque la recaudación crece y se paga solo, porque es dinero que va a la demanda, que genera incremento de la producción y el empleo, y de esa forma más recaudación para la seguridad social. Una rueda que se pone en movimiento que, de otra forma, si se negociara aceptando las condiciones del Fondo Monetario, iría a parar a manos de los acreedores”.

Para el ministro de Economía, mantener las políticas públicas en favor de los sectores más vulnerables al mismo tiempo que se negociaba un acuerdo de pago de deuda externa es “un ejemplo clarísimo” de las condiciones que Argentina impuso ante la mesa de negociadores del Club de París. “El modelo de crecimiento con inclusión social no es un obstáculo a la negociación, sino la garantía de solvencia de que el país va a cumplir el compromiso”, señaló.

Para el ministro, haber logrado la comprensión de esta lógica fue uno de los mayores logros de la delegación argentina en esta instancia de la negociación, que arrancó en una exposición suya de una hora y media presentando, junto a la propuesta, la explicación del modelo de crecimiento argentino a los negociadores del Club de París en enero, y culminó en las 19 horas de discusiones, del 28 al 29 de mayo pasados, en torno de una mesa de más de treinta participantes, de donde salió el acuerdo. La defensa de ese mismo modelo fue el argumento argentino para rechazar todo tipo de condicionamientos y, consecuentemente, la participación del FMI en las negociaciones.