Tras la presentación de la mesa por Alfredo Zaiat, el primero en hablar fue el economista e investigador Eduardo Basualdo. Y antes de entrar en el tema de la convocatoria, pidió expresar su “solidaridad con Horacio Verbitsky, por las constantes agresiones a su persona”. Respondió así, en una expresión compartida por quienes colmaron la Sala Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, a las difamaciones que pretendieron enrostrarle alguna colaboración en tiempos de la dictadura.

“Es un ataque de neto corte político, buscando deteriorar no sólo la imagen del intelectual orgánico de los sectores populares que es Horacio, sino también al referente de los derechos humanos, por la trayectoria que todos le conocemos y por ser titular del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales)”. Basualdo vinculó este último aspecto a la intención de “algunos sectores políticos de ir probando la forma de incluir, en la agenda del próximo gobierno, la revisión de la política de derechos humanos de todos estos años”, que permitieron esclarecer responsabilidades sobre secuestros y asesinatos durante la etapa de represión militar, y condenar a los culpables.

Las acusaciones contra Verbitsky, volcadas en un libro de reciente edición, resultaron desmentidas por diversos testigos de época.