A partir de mañana la nafta sube un 6 por ciento en los surtidores de todo el país, según lo acordado entre el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, y los representantes de las petroleras YPF, Shell, Axion, Petrobras y Oil. El incremento se explica por el impacto de la devaluación del peso (superior al 30 por ciento) en la estructura de costos de las empresas petroleras. A su vez, la suba tendrá impacto sobre la inflación general de la economía, porque el combustible es un precio central en los costos de producción de cualquier bien o servicio. A cambio de la suba de los ingresos por ventas, las petroleras aceptaron una reducción del 12 por ciento en el precio interno del barril de petróleo, que de todas formas sigue bien por encima del valor internacional. El año pasado los precios de los combustibles subieron un 15 por ciento, al compás de la cotización del dólar en relación con el peso y a pesar de la caída en el mercado global. El último aumento fue en noviembre, del orden del 4,5 por ciento.