ECONOMíA
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El Citibank siempre está
Los jueces encargados de investigar el millonario escándalo de Parmalat intentan reconstruir las relaciones de la firma con el Citigroup, el mayor acreedor mundial de la multinacional láctea. De acuerdo con lo informado por la prensa italiana, el Citi se defendió declarándose víctima del complejo sistema de falsos balances presentados por el grupo lácteo, el que registraba “dobles facturas y operaciones ficticias”. Lo concreto es que Parmalat vendía sus productos a los supermercados “a través de 30 sociedades concesionarias” y obtenía créditos de Eureka, una “sociedad creada por el Citibank”. Mediante este mecanismo, el Citi financió a Parmalat con 280 millones de euros. El pasado miércoles, la policía italiana allanó las oficinas del banco en Milán, en busca de documentos relacionados con el caso.
No es la primera vez que el Citi queda enredado en casos de megacorrupción. Le pasó con hechos que involucraron a funcionarios y familiares de mandatarios, estafas de grandes emporios empresarios en contra de sus accionistas y en casos de traslado de fondos de origen sospechoso. Las fiscalías de Milán y Parma concentran ahora su atención en los bancos que en los últimos años gestionaron las obligaciones de Parmalat. El objetivo es indagar si conocían el estado real de las cuentas del grupo. En el caso del Citigroup, que en 2001 colocó en el mercado bonos de Parmalat por 250 millones de euros, los investigadores sospechan que la firma financiera facilitó que las diversas compañías integradas en la empresa láctea se prestaran dinero entre ellas.
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