–Durante 2001 se llegó a afirmar que un default dejaría al país aislado del mundo, pero hace más de dos años que no se paga y la Argentina sigue creciendo, ¿qué podría pasar ahora si no se llega a un acuerdo?
–En el 2002 la Argentina declaró un default que ya estaba cantado, a los organismos multilaterales se les siguió pagando y el giro comercial posdevaluación nos permitió reponernos, porque alivió la restricción externa. En rigor de verdad, la Argentina nunca se separó del mundo, pero si la negociación se frustrará los escenarios van a ir extremándose. Nada es automático, habrá un compás de espera, pero el clima comenzará a irritarse.