–¿Por qué se va?
–Había dicho que me quedaría 60 días. No es una mala costumbre cumplir lo prometido.
–Más que cumplir un plazo, lo que espera la gente de los funcionarios es que cumplan con su tarea, que colaboren para salir de la crisis. Usted se baja del caballo en el medio del río.
–Nunca se termina una tarea; problemas hay todos los días.
–¿Se quiere ir?
–Nunca quise venir.
–¿Su alejamiento se debe a que Reutemann está tomando distancia del gobierno?
–No. Hice el Presupuesto, cerré el pacto con las provincias, ya cumplí. Además, desde que asumí no tengo tiempo para jugar al tenis ni para salir a correr. Estoy todo el día tapando agujeros.
–¿Ser legislador le daba tiempo para todo eso?
–Sí, es un ritmo más tranquilo.