ECONOMíA
• SUBNOTA › ARCHIVARON LA PROPUESTA DEL BANCO SUDAMERICANO
En Sudamérica no se consigue
La idea de crear un banco sudamericano quedó para otro momento. La propuesta consistía en generar una estructura común de financiamiento para proyectos de infraestructura y desarrollo productivo, con aportes de capital de los países socios. El gobierno venezolano fue el que más empujó para instalar el tema, pero ni el argentino ni el de Brasil tienen demasiado interés en volcar energías para llevarlo adelante. Las posiciones quedaron claras en la reunión de ayer entre los ministros Roberto Lavagna, el brasileño Antonio Palocci y el venezolano Nelson Merentes. En cambio, el argentino hizo hincapié en la necesidad de coordinar acciones para operar como bloque frente a los organismos internacionales de crédito, en especial ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial.
“En este momento, más que plantear la creación de nuevas estructuras se analizó el funcionamiento de las ya existentes y se hizo una mención específica sobre el rol muy positivo y creciente que la Corporación Andina de Fomento (CAF) ha venido jugando en los últimos tiempos”, explicó Lavagna luego de la reunión con sus colegas. El problema del banco sudamericano es la dificultad operativa para su implementación. El objetivo sería financiar proyectos comunes de expansión productiva, ya sean bilaterales o trilaterales. Por ejemplo, de desarrollo energético. Pero no está claro cómo serían los aportes de capital en cada caso ni cuál sería el criterio de asignación de las obras.
Por supuesto que si hubiera voluntad política, los desafíos técnicos podrían salvarse. Pero como dijo Lavagna, antes que eso los gobiernos argentino –sobre todo– y brasileño visualizan cuestiones más concretas a resolver. La primera es definir cómo se moverán frente a la futura elección del presidente del BID. Su actual titular, el uruguayo Enrique Iglesias, dejará el cargo en septiembre y otro latinoamericano irá en su lugar. El gobierno de Estados Unidos apoya al embajador colombiano en su país, Luis Alberto Moreno, quien ya se postuló oficialmente. Palocci, en cambio, manifestó que su gobierno respalda a un economista de su país, Joao Sayad, actual vicepresidente del BID. La Argentina todavía no definió su posición, pero Lavagna ayer empezó a negociar con sus colegas brasileño y venezolano.
Una versión repetida en ámbitos políticos y empresarios es que una salida elegante del gobierno para Lavagna después de las elecciones de octubre sería convertirse en el presidente del BID. Más allá de las circunstancias políticas internas, desde Washington dicen que difícilmente un argentino vaya a recalar en un puesto de esa trascendencia. “Una cosa es que la salida del default haya bajado un poco el nivel de conflicto con la comunidad internacional, pero tendrá que pasar mucho tiempo hasta que Argentina pueda aspirar a un lugar así”, comentó a Página/12 un funcionario de uno de los organismos internacionales.
Con respecto a las estrategias de financiamiento, Lavagna insistió en que en la reunión con Palocci y Merentes “se analizó alguna acción conjunta en temas que tienen que ver con el Banco Mundial y el BID para que nuestros países tengan mayor peso y una voz y voto más fuerte que la que en este momento tienen”. En particular, reclamó que “se deje de avanzar sobre condicionamientos cruzados”, por el requisito de tener primero un acuerdo con el FMI para aspirar a financiamiento de esas otras dos instituciones. Ese es uno de los temas que Argentina quiere cambiar con el apoyo de sus socios de la región. Finalmente, sobre la creación del banco sudamericano, Lavagna dijo que “no lo descartamos, pero por ahora nos concentraremos en ver cómo podemos mejorar lo que tenemos”.
Merentes, por su parte, ratificó que Venezuela seguirá invirtiendo en títulos de deuda argentino. Hasta ahora compró bonos por 150 millones de dólares a valor de mercado, y prometió extender la cifra a 500 millones.
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