Dom 11.09.2005

ECONOMíA • SUBNOTA

“El Gobierno no me regaló nada”

Por D. C.

Jorge Brito sacudió esta semana las noticias empresarias con el anuncio de inversiones por 400 millones de dólares. El presidente del Banco Macro-Bansud y de la Asociación de Bancos Argentinos está teniendo un crecimiento impactante en su actividad desde que Néstor Kirchner es presidente. “Cuando nadie creyó, yo creí”, responde en este reportaje con Página/12, en el que niega cualquier relación con el menemismo, defiende la política económica y hasta se enfrenta con otros sectores empresarios, que “lo único que hacen es ir con reclamos al Gobierno”. El 23 de octubre estará en Salta, adonde tiene domicilio legal, para votar a los candidatos del PJ, según reveló. También augura un triunfo del oficialismo frente al duhaldismo “porque la gente está en contra de la vieja política”.
–¿Qué balance hace de la política económica?
–Está funcionando muy bien. Como siempre, todo es perfectible, pero en términos generales anda muy bien. Se logró un crecimiento fuerte por tres años consecutivos y vamos camino a un cuarto. En los últimos treinta años, tres veces esperamos en vano ese cuarto año de crecimiento. Podemos mirar una Argentina de largo plazo y no tan el día a día. También rescato la clara voluntad política por mantener un tipo de cambio razonablemente alto para competir con los mercados externos.
–¿Coincide con los reclamos de algunos sectores empresarios sobre la falta de seguridad jurídica para la inversión?
–No tenemos que perder de vista que en 2002 se rompieron todos los contratos, como consecuencia de una crisis muy profunda. No se puede hablar de manera tan liviana de falta de seguridad jurídica. Pensar, por ejemplo, que se podrían haber mantenido dolarizadas las tarifas es irreal. Hubiera habido una explosión social en treinta días. Sin faltarle el respeto a nadie, muchas veces los empresarios nos escudamos en el discurso de la falta de seguridad jurídica para ocultar nuestra falta de convicción para invertir. Los empresarios tenemos que ser quienes motoricemos la inversión y no ir todo el tiempo con reclamos al Gobierno.
–Usted acaba de anunciar inversiones inmobiliarias por 400 millones de dólares.
–Hay que tener decisión para invertir. Hay cuestiones relacionadas con la seguridad jurídica que podrían mejorar, pero todo se tiene que hacer de manera acompasada. No sirve sentarse en una silla y pedir y pedir. El camino es de ida y vuelta. Necesitamos una clase empresaria comprometida con la Argentina. Hay que ser funcional a la Argentina y a un proyecto de país, no a este Gobierno.
–¿Visualiza un proyecto para un nuevo modelo de país?
–Sí, claramente hay en marcha un proyecto para un nuevo modelo de país. Uno de los pilares es el tipo de cambio relativamente alto. Algunos economistas decían que el dólar estaba alto y las exportaciones no aumentaban. Pero los mercados no se recuperan de un día para el otro. En 2005 ya estamos viendo un salto exportador. Empezamos a ver los éxitos del modelo.
–¿Qué supone que hará el Gobierno después de las elecciones?
–Algunos confrontan la política de distribución con, por ejemplo, las tarifas de las privatizadas. Es un error. Una cosa no se opone a la otra. El salario es un motor del crecimiento, pero no se pueden dar subas si no hay un aumento de la productividad. Tenemos una política redistributiva en la que los salarios se están recuperando. Y también se tienen que recuperar las tarifas.
–¿Falla la distribución del ingreso?
–Entiendo que está bien. Las cosas siempre podrían ser mejores. Los argentinos muchas veces pecamos porque queremos que las cosas sean perfectas y de tanto esperar la perfección no hacemos nada. Tenemos un Presidente que todos los días hace algo. Es una gran ventaja tener un Presidente que toma decisiones, que tiene voluntad de avanzar. Cuando uno administra algo, frente a cada problema puede tardar años porque lasolución siempre podría ser mejor. Eso no sirve, porque uno se queda sentado y no avanza.
–Bajo la presidencia de Kirchner usted compró bancos, anunció inversiones millonarias y tuvo un fuerte crecimiento en su actividad. ¿Se considera un empresario K?
–A mí el Gobierno no me regaló nada. Nadie me regaló un tren o una compañía de teléfonos. Compré bancos porque puse la plata. Yo tuve la intención de invertir. Cuando nadie creyó, yo creí. Lo digo porque si no la gente termina pensando que lo que tengo me lo dio el Presidente. Hay que decirlo porque si no caemos en el favoritismo del pasado, que no fue bueno para la Argentina.
–¿Cómo se llevaba con Menem cuando era presidente?
–Nunca tuve relación. Muchas veces la prensa me vinculó a Menem, pero nunca tuve relación. Una vez dijeron que yo había viajado con él. No es cierto. Nunca estuve siquiera en una comitiva empresaria. Estaba lejos de eso, aunque no tiene nada de malo participar de una comitiva en un viaje presidencial.
–¿El funcionamiento de la banca privada nacional es distinto al de la banca extranjera de los ’90?
–Sí, es distinto. En los ’90, Pedro Pou decía que la banca tenía que ser extranjera porque las casas matrices iban a responder frente a una crisis. Quedó demostrado que no era así. Ahora nosotros empezamos a crecer nuevamente. Y lo que entiendo que es diferente es que estamos capitalizando los errores de los ’90. Entendimos que las pymes son nuestros grandes clientes y nos dimos cuenta que las pymes fueron las que mejor pagaron sus deudas después de la crisis. Las empresas que parecían de mayor riesgo fueron las más cumplidoras, mientras que las grandes corporaciones aún permanecen en default.
–¿Hay un real acercamiento a los sectores productivos?
–Estamos mucho más cerca que antes. Desde Adeba, cada tres meses hacemos reuniones en el interior. Nos sentamos con los sectores productivos y escuchamos sus vivencias. Es muy distinto tomar una decisión desde un piso 20 de la calle Reconquista que hacerlo desde La Pampa, Mendoza o Córdoba junto al gerente de la sucursal.
–¿Por qué ocho de cada diez pesos de préstamos al sector privado son de corto plazo?
–Tomo la cifra que usted me da, no la conozco exactamente pero el concepto lo comparto. Hay mucho crédito de corto plazo porque los bancos quedaron con un 45 por ciento de exposición en el sector público. Antes era mayor, del 55 por ciento. Tenemos un descalce importante, porque los títulos públicos están a diez años. En la medida en que los bonos llegan a valor técnico y los bancos los podemos vender en el mercado, utilizamos esos fondos para prestar a largo plazo. Desde el Macro estamos dando préstamos de cuatro a ocho años todos los días. Y en el sistema está pasando lo mismo. El año pasado no teníamos competencia en esos crédito y ahora sí. Este es el primer año en que el sistema financiero se puso bien.
–¿Está de acuerdo con el aumento de tasas que aplicó esta semana el Banco Central?
–Frente a una expectativa de inflación del 11 por ciento, que el Central tome plata al 11,5 por ciento a dos años no me parece aberrante. Lo sería si esa tasa fuera de corto plazo.
–¿Teme que se pueda producir un desborde inflacionario?
–Una inflación del 11 por ciento no me preocupa. Me gustaría más que fuera del 7, pero si no nos pasamos del 11 no hay problema.
–¿Hay que sincerar el tipo de cambio, como dice el Fondo?
–No coincido. El Banco Central puede tener algún problemita con el mecanismo de compra de dólares y absorción de pesos. Si el dólar estuviera a 2,30, más que un problemita tendríamos una catástrofe. Por otro lado, estamos recomponiendo reservas, que es algo muy sano.
–¿Qué debería hacer el Gobierno con el FMI?
–No pagarle al Fondo es igual a romper. No es conveniente porque tenemos los dólares, y por otro lado, la Argentina está saliendo de la crisis y no le sirve volver a confrontar con el mundo. Tampoco coincido con Stiglitz en aplicar una quita, porque con el Fondo nos financiamos a una tasa más baja. Para mejorar el empleo y el salario necesitamos inversión.
–¿Qué le parece el tono de la campaña electoral?
–Me gustaría que fuese diferente, un par de tonos más bajos. Pero no me preocupa, no me quita el sueño. Es una campaña política, nada más. Nadie deja de invertir por eso.
–¿Cree que Kirchner está dando una pelea contra la vieja política?
–Sí, claramente. Le va a ir bien porque la gente está contra la vieja política.
–¿A quién va a votar?
–Tengo domicilio legal en Salta. Voy a votar a los candidatos del PJ (N. de R.: los candidatos responden al gobernador Juan Carlos Romero).
–¿Qué debería hacer el Gobierno frente al reclamo piquetero?
–El reclamo es justo. También entiendo al resto de la sociedad, porque es un trastorno. Hay que llegar a un entendimiento. Tengo la sensación de que hay un enfrentamiento sin sentido. Hay que buscar una salida racional.

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