La Organización Mundial de Comercio es un organismo internacional que tiene entre sus funciones primordiales regular el intercambio comercial entre los distintos países del mundo. En la práctica, actúa como un factor de presión sobre los naciones en desarrollo para que abran sus mercados a los productos de las potencias industriales. Su director general, Pascal Lamy, concluyó ayer en Buenos Aires su primera gira latinoamericana, destinada a conseguir el apoyo de la región a las propuestas de la institución. Lo recibieron Néstor Kirchner, Felisa Miceli y Jorge Taiana, quienes ratificaron la línea dura opuesta a esas iniciativas.

“La percepción de la Argentina es que los países desarrollados no demostraron una voluntad clara de hacer concesiones relevantes, tanto en términos de acceso al mercado, como de reducción sustancial de ayudas internas y eliminación de subsidios a las exportaciones agrícolas”, transmitió Felisa Miceli a través de su oficina de prensa.

La Argentina –junto con otros países que integran el Grupo de los 20– reclama que los países desarrollados eliminen gradualmente los subsidios que aplican a sus producciones agrícolas. Y advirtió que hasta que eso no ocurra no se tratarán otros temas que conforman la agenda de las negociaciones de comercio internacional. El principal interés que expresó Lamy fue la reducción de aranceles a los bienes industriales.

El director general de la OMC fue recibido por Miceli en el Palacio de Hacienda y luego ambos compartieron el almuerzo en la Cancillería con el titular de esa cartera, Taiana; el secretario de Relaciones Internacionales, Alfredo Chiaradía; el secretario de Agricultura, Miguel Campos, y la ministra de Producción bonaerense, Débora Giorgi.

“Así como están las cosas, estamos muy lejos de un acuerdo porque la oferta de los países desarrollados es insuficiente y la Unión Europea pide demasiado”, advirtió el canciller al término de ese encuentro. “Estamos a favor de un sistema multilateral de comercio exitoso, y ello implica un resultado equilibrado en las negociaciones”, agregó. A la tarde, Lamy fue a la Casa Rosada a una entrevista con Kirchner, de la que participaron Taiana y Chiaradía. El Presidente repitió el discurso que el Gobierno viene repitiendo en cada presentación internacional.

El director de la OMC estuvo interesado en reunirse también con empresarios y eligió a quienes más firmemente se oponen a la rebaja de aranceles del sector fabril: la Unión Industrial Argentina. Lamy compartió la cena con la cúpula de esa entidad, que se encolumnó detrás del Poder Ejecutivo.

Giorgi, quien hasta hace dos meses asesoraba a la central fabril y actualmente es ministra de la Producción bonaerense, insistió en que “nuestra voluntad es que los países desarrollados concreten una importante rebaja de aranceles, eliminen subsidios a la exportación y reduzcan la ayuda interna que distorsiona el comercio internacional”. Finalmente, Chiaradía destacó que “la Argentina tiene mucha confianza en el director general de la OMC y en el rol que pueda desempeñar para destrabar posiciones”.