Los salarios aumentaron 1,53 por ciento en promedio durante mayo y acumularon un 6,8 por ciento en los primeros cinco meses del año, según informó ayer el Indec. Ambas cifras se ubicaron por encima de la inflación, que sumó 0,5 en mayo y acumulaba 4,4 por ciento hasta ese mes, evidenciando una fuerte mejora de las remuneraciones reales.

En el caso de los empleados registrados la mejora mensual fue de 1,6 por ciento y 7,8 en lo que va del año. Por su parte, las retribuciones de los empleados que están en negro fueron las que más subieron: 1,8 y 10 por ciento, respectivamente. En el sector público, en cambio, quedaron rezagados con 1,1 en mayo y apenas 2 por ciento en los primeros cinco meses del año.

Si se analiza la evolución desde la salida de la convertibilidad, los salarios acumulan una suba de 68,5 por ciento en promedio contra una inflación de 82,3 por ciento, pero existen fuertes disparidades entre cada grupo. Los que mejor sortearon la crisis fueron los trabajadores que están en blanco, quienes vieron incrementar sus retribuciones 99,6 por ciento, superando el índice que refleja el costo de vida. Los informales, en cambio, apenas consiguieron mejorar sus retribuciones un 45 por ciento y los estatales quedaron en la última posición con un 27 por ciento. No obstante, en términos absolutos, quienes peor se encuentran son los trabajadores “en negro”, pues lo empleados públicos tenían un ingreso mejor al de ellos antes de la crisis.

El Indec también informó ayer los datos de la evolución de la canasta básica de junio que se mantuvo en 391 pesos, al igual que el mes anterior, quienes se ubican por debajo de ese umbral son considerados indigentes. La canasta básica total, que además de alimentos incluye servicios e indumentaria, subió 0,5 por ciento, por lo que un matrimonio con dos hijos necesitó el mes pasado 856,86 pesos para no quedar, en este caso, por debajo de la línea de pobreza. La diferencia en los incrementos entre ambas canastas reflejó el mayor peso que tuvo el aumento de los servicios durante junio, en especial los alquileres, las expensas y en menor medida la indumentaria.

La canasta no se puede comparar con la evolución salarial difundida también ayer porque la medición abarca períodos diferentes. No obstante, la comparación interanual de ese indicador muestra una mejora significativa. La canasta básica total acumuló en el primer semestre del año 3,04 por ciento, cuando en igual período del año pasado fue de 5,17 por ciento. Lo mismo ocurre con la canasta básica que entre enero y junio acumuló una suba de 1,6 contra 5,65 por ciento de igual lapso de 2005.

La clara desaceleración de la canasta básica de alimentos es consecuencia de los acuerdos de precios impulsados por el Gobierno, los cuales se concentraron fundamentalmente en alimentos y bebidas, tal como quedó demostrado en la cruzada oficial para contener la suba de la carne.