La inflación mayorista de julio fue de 2,1 por ciento, cuatro veces más alta que el índice de precios al consumidor. Por caso, el Indec detectó el mes pasado incrementos en los combustibles y lubricantes que venden las refinerías. Con ese dato, los precios mayoristas acumulan una suba del 9,5 por ciento durante los primeros siete meses del año, más del doble de lo que registra el IPC en el mismo período (4,4%). Semejante diferencia entre la evolución de los precios mayoristas y minoristas es otro de los elementos que llaman a la suspicacia de los analistas. La cuestión es simple: o los fuertes aumentos que se detectan a la salida de fábrica son absorbidos luego por los comerciantes minoristas o el índice mayorista refleja una realidad que luego es disfrazada en el índice de precios al consumidor.

De hecho, los empleados del índice denunciaron en las últimas semanas que la nueva titular del organismo, Ana María Edwin, junto con Beatriz Paglieri, la interventora designada por Guillermo Moreno en la Dirección de Precios al Consumidor, buscaba como próximo paso controlar la dirección que elabora los precios mayoristas, que hasta ahora venía realizando sus mediciones con la misma metodología de cálculo de siempre.

Sea como fuere, el mes pasado, en el segmento mayorista, los productos primarios con mayores alzas se registraron en petróleo crudo y gas (3,7%) y productos agropecuarios (3%). Por ejemplo, la papa se encareció un 27,7 por ciento y la acelga, un 19,3 por ciento. Por el contrario, se relevaron bajas en tomate redondo (-12%), tomate perita (-15,5%), lechuga criolla (–35,5%) y lechuga capuchina (-35%).

A su vez, entre los productos manufacturados, el Indec detectó aumentos en “productos refinados del petróleo” (3,7%), es decir, combustibles y lubricantes, y en el rubro maderas. A nivel productos, en julio los mayores aumentos a la salida de fábrica se produjeron en acumuladores eléctricos (15,4%), aceites y grasas vegetales (7,5%), armas y municiones (7,3%) y harinas (6%).