ECONOMíA
• SUBNOTA › LAS ALTERNATIVAS DESPUES DE QUE WASHINGTON BAJARA EL PULGAR
¿Cómo salir del fondo sin el Fondo?
› Por Maximiliano Montenegro
”Se necesitaría mucha cintura para remontar esta situación. Nos van a ir levantando los vencimientos uno por uno, porque a ellos no les conviene otra cosa. Pero nos bajaron el pulgar.” La confesión de uno de los colaboradores de Lavagna resume la desazón que reinaba ayer en Economía. ¿Cómo vivir con la espada de los vencimientos con los organismos internacionales sobre la cabeza? ¿Habrá vida sin el Fondo? Después de que Washington blanqueara lo que muchos sospechaban, se abren nuevos escenarios.
Existen dos versiones, incluso dentro del propio equipo económico, de por qué Duhalde se fue al fondo con el Fondo:
u Una es la que optó por agitar ayer el presidente. Hace dos semanas, cuando envió la carta de intención a Washington, Lavagna “no sabía que se la iban a rebotar así”. Creía, según esa versión, que la iban a aprobar rápidamente. Pero el Congreso y la Corte Suprema arruinaron todo. Así, la restitución del 13% y los proyectos para postergar la aplicación del CER, habrían convencido al organismo de que “el Ejecutivo está muy aislado y no tiene ningún control sobre los otros poderes”.
u La otra versión es que Lavagna ya se la venía venir. Este periodista se encontró hace poco más de una semana, antes de que la Corte fallara en favor de empleados estatales y jubilados, con un funcionario lavagnista. Durante ese encuentro, la fuente admitió: “No van a enviar una misión negociadora. Nos van a tener así hasta fin de año”.
Desde Washington, dicen que “hace un mes” que el Fondo resolvió definitivamente que no se podía acordar con la administración Duhalde. Y que no hubo un cambio de rumbo: “Nunca existió la perspectiva de un acuerdo con Duhalde”. Según argumentan, el motivo no es el 13 por ciento, ni el CER, que “son cuestiones menores”. El problema sería que “Duhalde no asumió medidas muy duras que había que tomar para facilitarle la tarea al próximo”. En el listado incluyen la larga lista de reclamos del Fondo (frenar amparos, el corralón y el corralito, etc., etc.). Pero también destacan que los números fiscales cerrarían con la mitad del superávit operativo exigido por el FMI (unos 5600 millones de pesos), pese a la ayuda de una inflación del 70 por ciento. El resultado es que Argentina sólo podría reiniciar el pago de la deuda el año próximo con una quita enorme a los acreedores que, a su vez, presionan al Fondo para que le ajuste la cincha al Gobierno.
Sea como fuere, de ahora en más vale tener en cuenta algunos temas:
Facturas. El 9 de setiembre, Argentina debe pagarle al FMI 2700 millones de dólares, un vencimiento que el organismo prorrogará sin más trámite por un año. Lo mismo que otros vencimientos menores. El problema son los 2000 millones que vencen hasta fin de año con el Banco Mundial y el BID. Sin acuerdo con el FMI, no hay fórmula legal alguna para postergarlos.
Reservas. La alternativa es pagar con las reservas del Banco Central, que hoy rondan los 9000 millones de dólares. Pero como, como explicó una banquero que defiende la alineación total con Washington, “es preferible quedarse con las reservas, que gastarlas para salvarse del default” con los organismo. Por lo menos, “para un nivel de demanda de dinero sabés a cuánto podés detener el dólar. Sin reservas, el dólar puede tener cualquier precio”.
Default. El apretado cronograma de vencimientos con el FMI (ver cuadro) y los otros organismos asciende el año próximo a 10.000 millones de dólares, de los cuales más de la mitad de concentran en el primer trimestre. Caer en default con el Fondo, dicen los analistas, no sería tan grave, porque igualmente no iba a aportar dinero fresco. El problema son el Banco Mundial y el BID, que entonces no desembolsarían nuevos créditos por unbuen tiempo, el único financiamiento internacional que podría haber disponible para Argentina en el corto plazo.
Coca. “Desde ya que se puede vivir sin acuerdo con el Fondo. Pero esto implicaría una política distinta”, respondió a la consulta de este diario un miembro del equipo económico. “El problema es si habría apoyo de la gente para otra política. Si la clase media ya no aguanta que la Coca sea de vidrio, que no haya CD, no me queda claro si podríamos seguir un camino como el de Malasia, que además tenía en un gobierno autoritario”, agregó.
Malasia. Como suele mencionar Joseph Stiglitz, Malasia salió de la crisis, sin acuerdo con el FMI, más rápido que los otros países del sudeste asiático. La receta: “Control de capitales, keynesianismo, pero con mucha austeridad en el consumo. Un gobierno que acá se diría del pasado”. Tal vez Lavagna empiece a hablar del caso en los próximos días.
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