EL MUNDO › LA COMISIóN ESTUDIA QUé SUCEDIó EN LA FRONTERA CON COLOMBIA
La misión internacional inspeccionó la zona donde fue muerto el número dos de las FARC, en un ataque a un campamento. Con las evidencias recogidas, siguió viaje a Colombia para escuchar a Bogotá y luego elevar un informe final.
La comisión de la OEA se internó en el corazón de la selva donde estalló el conflicto entre Colombia y Ecuador. Encabezada por el secretario general del organismo, José Miguel Insulza, la misión inspeccionó la zona en la que tropas colombianas atacaron un campamento de las FARC en suelo ecuatoriano, asesinando al número dos de la guerrilla y desatando una crisis diplomática el primero de mes. “Insulza comprobó que fue un bombardeo”, informó a Página/12 un vocero del gobierno de Quito, cercano al ministro de Seguridad, Gustavo Larrea. Con las evidencias recogidas, la comisión viajaba hoy a Colombia para escuchar a Bogotá y elevar el viernes un informe final, que será presentado el 17 de marzo en la reunión de cancilleres de la OEA. Por su parte, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, visitó Chile, donde se reunió con su homóloga y criticó a Colombia.
Los helicópteros militares despegaron al mediodía del aeropuerto de Lagro Agrio, en la provincia de Sucumbíos, y se dirigieron al sitio fronterizo conocido como Angostura –275 kilómetros al norte de Quito–, donde más de 25 guerrilleros fueron asesinados por el ejército colombiano. De las aeronaves descendieron funcionarios colombianos, periodistas y el grupo de la OEA, integrado por los representantes ante el organismo de Argentina, Rodolfo Gil; de Brasil, Osmar Chohfi; de Bahamas, Cornelius Smith; de Panamá, Arístides Royo, y de Perú, María Zavala Valladares.
La comitiva recorrió durante casi dos horas la zona. El secretario general recibió los testimonios y las pruebas de la incursión. “Los visitantes tuvieron la parte práctica para obtener una visión directa de la trayectoria de las balas y las bombas”, explicó a Página/12 el subsecretario ecuatoriano de relaciones bilaterales, Diego Stacey. La clase teórica ya se había llevado a cabo el domingo, cuando el gobierno de Correa sentó a la misión frente a un pizarrón en el Palacio de Carondelet y expuso su versión militar, política y diplomática.
En medio de la selva tupida, los funcionarios del organismo multilateral se desplazaron ayer por las sendas que el ejército ecuatoriano había armado. Allí pudieron observar la escena del bombardeo que dejó pasmados a algunos de los delegados. “Es un recordatorio a la memoria de lo que nunca más tiene que volver a suceder en América latina: que un país haga justicia por mano propia violando la soberanía de otro Estado”, dijo Gil. Cercados por cintas plásticas, eran inconfundibles los cráteres que dejaron las bombas arrojadas por las tropas colombianas, algunos de ellos de hasta tres metros de diámetro y más de un metro y medio de profundidad. Aún se podían ver restos de uniformes, ropas civiles y utensilios de cocina, así como árboles arrancados de cuajo por las explosiones. Según Ecuador, los cuerpos en pijama hallados allí demuestran que los guerrilleros fueron “masacrados” mientras dormían.
Luego de la recorrida, Stacey se mostró optimista con la labor de la comisión. “Sirve para demostrar que Colombia no sólo disparó desde su lado, sino que ingresaron aviones en Ecuador y dispararon bombas”, señaló. Sin embargo, el funcionario reconoció que la misión no investigará. “Es una comisión diplomática que elevará un informe”, indicó el funcionario.
Un vocero de Ecuador que estuvo ayer en Angostura y prefirió reservar su identidad también hizo un balance positivo. “La misión manifestó que está interesada en resolver el problema regional”, señaló. Aunque Quito y Bogotá dieron por finalizada la controversia por la que Colombia pidió perdón y se comprometió a no incursionar nunca más en otro territorio, Correa todavía no reactivó los vínculos diplomáticos, como lo hizo ayer Venezuela. Por su parte, Stacey cree que las relaciones no se normalizarán al menos hasta después de la cita de cancilleres americanos. “Allí Ecuador busca condenar a Bogotá, como sucedió el viernes pasado en la cumbre del Grupo Río”, anticipó el subsecretario ecuatoriano.
Mientras tanto, Ecuador desconfía de Colombia. “Es un peligro para la estabilidad regional, quieren imponer intervenir cualquier país donde había lo que ellos llaman terroristas, mañana el atacado puede ser Brasil, Perú o Panamá”, advirtió Correa desde Chile. “Siempre habrá desconfianza”, añadió. Ante esa inseguridad, el ministro de Seguridad adelantó a la OEA que de no supervisar el control colombiano de la frontera, recurrirá a la ONU. “Queremos que la OEA garantice la vigilancia en la frontera. Si no lo puede hacer podríamos pedir ayuda de los cascos azules”, dijo Larrea.
Informe: Juan Manuel Barca.
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