EL MUNDO
Se derrumba el castillo de naipes de Alan Greenspan
Por primera vez desde que asumió George W. Bush, el titular de la Fed criticó el déficit y dijo que el crecimiento será menor que el esperado. Y la Bolsa cayó.
Por Larry Elliott y Mark Milner
Desde Londres y Frankfurt
El presidente de la Reserva Federal norteamericana, Alan Greenspan, añadió ayer su cuota a los crecientes temores sobre la salud de la economía global, al señalar por primera vez que desde que empezó la administración Bush los déficit fiscales son un peligro, y admitir que las anteriores previsiones de crecimiento deberían revisarse a la baja. Los precios de las acciones cayeron en Wall Street y en el mundo mientras el testimonio pesimista de Greenspan al Congreso coincidía con los pobres datos de puestos de trabajo en Estados Unidos: la semana pasada el número de estadounidenses que pide por primera vez los beneficios de desempleo subió 426.000, por encima de los 407.000 de la semana anterior y también una cifra más elevada que las estimaciones de 400.000 solicitudes que esperaban los analistas de Wall Street. Para completar el panorama, la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que el déficit fiscal de este año será de 157.000 millones de dólares, luego de cuatro años consecutivos de superávit, y el Departamento de Comercio informó que el déficit de cuenta corriente trepó al record de 129.960 millones.
Luego de varias semanas de minimizar los signos recesivos de la economía norteamericana, Greenspan reconoció ayer ante el Congreso que “la historia sugiere que un abandono de la disciplina fiscal a la larga puede impulsar al alza las tasas de interés, excluir el gasto de capital, un menor crecimiento de la productividad y obligar a tomar decisiones más duras en el futuro”. Más tarde agregó a las preocupaciones que la recuperación que se vio en los pocos primeros meses de 2002 se estaba apagando, cuando dijo que la caída en los precios de las acciones, la escasez de las inversiones y los ataques sobre Washington y Nueva York habían presentado “obstáculos muy significativos” para la recuperación económica. Greenspan admitió que la Reserva Federal puede verse obligada a revisar a la baja sus estimaciones de crecimiento este año, pero quiso terminar optimista: “Hasta la fecha, la economía parece haber aguantado bien esta serie de golpes, aunque los efectos depresivos todavía están y siguen influyendo, especialmente el panorama del presupuesto federal”.
Como de costumbre, Greenspan se mantuvo hermético respecto de las tasas de interés. El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal se reunirá el 24 de este mes, y la impresión generalizada en Wall Street es que no habrá una modificación en las tasas. En el Congreso, los dirigentes republicanos están debatiendo la posibilidad de impulsar una rebaja de impuestos para estimular la economía. A dos meses de las elecciones legislativas, la ausencia completa de algún tipo de recuperación puede dañar la votación republicana. Los signos de la caída continúan: Wall Street registró ayer un fuerte retroceso. El índice Dow Jones perdió 2,35 por ciento, el Nasdaq un 2,72 por ciento y el Standard & Poor’s, el más representativo de la tendencia general, cayó un 2,48 por ciento.
Los escándalos de fraude empresarial son otra fuente de incertidumbre económica. El ex presidente de Tyco International, Dennis Kozlowski, y otros dos ex ejecutivos de la firma fueron formalmente acusados ayer de formar una “asociación para delinquir” que robó millones de dólares del conglomerado. El ex director jurídico de la empresa Mark Belnick fue acusado por separado de falsificar balances de la empresa y ocultar millones de dólares en préstamos personales.