EL MUNDO › COMO PARTE DE LAS REFORMAS DE RAúL CASTRO
› Por Mauricio Vicent *
Desde La Habana
Desde ayer, los cubanos pueden alojarse en cualquier hotel de su país, alquilar un vehículo o una moto de turismo y pasar unas vacaciones en un establecimiento “todo incluido” (all inclusive) del polo turístico de Varadero. La medida entró en vigor el domingo a la medianoche y es la última adoptada por el presidente Raúl Castro para acabar con toda una serie de “prohibiciones excesivas”, pero siempre “dentro del socialismo”.
Asimismo, hoy comenzarán a venderse en las tiendas de divisas algunos electrodomésticos cuya comercialización estaba restringida hasta ahora. Del mismo modo, la empresa Etecsa informó el viernes pasado que el 14 de abril los cubanos podrán tener acceso legal a la telefonía celular. Sin embargo, en todos los casos los precios de estos artículos y servicios son en pesos convertibles, un valor 24 veces superior al peso cubano.
Las nuevas medidas adoptadas por la isla se conocieron ayer sin pompa ni discursos. Tampoco hubo anuncios oficiales en la prensa cubana. La última voz autorizada se escuchó el pasado 24 de febrero, cuando Raúl Castro dio su primer discurso a la nación como presidente de los consejos de Estado y de Ministros. En esa ocasión, el nuevo líder anunció que de inmediato comenzarían a levantarse las prohibiciones “más sencillas”, en su mayoría adoptadas para limitar las desigualdades sociales surgidas en los críticos años noventa. La modificación de estas regulaciones que generan malestar en la población son parte de un plan que pretende gradualmente reactivar la economía y elevar el nivel de vida de los cubanos.
El libre acceso a los hoteles fue demandado masivamente por los cubanos en las asambleas convocadas el año pasado por Raúl Castro, que pidió a la gente que expresase libremente sus preocupaciones y críticas y propusiera soluciones. Hasta ahora, los cubanos no podían alojarse en un hotel de turismo internacional, a no ser parejas en luna de miel o estudiantes y trabajadores destacados acogidos a un plan especial. La población con acceso a divisas podía utilizar servicios de los hoteles como restaurantes, tiendas y gimnasios, pero no hospedarse. Las autoridades justificaron la medida por la escasez de habitaciones y alegando que rompía con la igualdad social.
Mientras tanto, hoy comenzarán a venderse las primeras computadoras, reproductores de DVD y algunos electrodomésticos como video, TV y microondas. La veda de estos artículos había sido adoptada a mediados de los ’90 para paliar la crisis energética de entonces y que hoy se considera superada. En cambio, el bloqueo comercial de Estados Unidos sigue pesando sobre la isla.
Pese al levantamiento de algunas prohibiciones, el acceso real que tendrán los cubanos a los nuevos productos y servicios será muy limitado. Con un sueldo promedio de unos 408 pesos cubanos (17 dólares), el precio de una noche en un hotel, que no baja de 70 u 80 pesos convertibles o divisas (75 a 85 dólares), es una barrera infranqueable para la inmensa mayoría de la población. Asimismo, dar de alta un teléfono celular cuesta 111 pesos convertibles, seis meses y medio de salario promedio.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.
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