RUMANIA
George W. Bush (foto) aterrizó ayer en Bucarest decidido a hacer buena su ambición de que esta cumbre de la OTAN quede como un gran legado histórico: reclamó más contribución militar de los aliados para “combatir a los terroristas en Afganistán”; insistió en que la OTAN debe admitir a los tres países balcánicos (Croacia, Albania y Macedonia) y abrir la puerta a Ucrania y Georgia, y se dijo dispuesto a hablar a corazón abierto con Vladimir Putin sobre cómo imbricar a Rusia en la defensa occidental. La realidad será menos brillante, a juzgar por las intenciones de algunos aliados: no tantas tropas como las pedidas; prometido veto griego al ingreso de Macedonia e insistente rechazo alemán a envenenar la relación con Rusia por Ucrania y Georgia. La guerra contra el terrorismo en Afganistán es la máxima prioridad de la OTAN y Bush insistió en ello ayer, aunque sus manifestaciones en las jornadas precedentes dan a entender que su primer objetivo es llevar a la OTAN hasta las mismas fronteras rusas, cerrar por el sur lo que él llama “el círculo de la libertad” comenzado en 2004 en el Báltico.
ZIMBABWE
Después de cuatro días de increíble silencio de la comisión electoral de Zimbabwe, el principal partido opositor se autoproclamó ayer vencedor en el voto del sábado pasado. El gobierno de Robert Mugabe, que lleva 28 años en el poder gracias a por lo menos dos fraudes electorales, sigue guardando bajo llave los resultados de esta elección. El vocero del Movimiento por el Cambio Democrático, Tendai Biti, dijo ayer que habían logrado 98 de las 210 bancas en juego en el Parlamento, frente a 94 del oficialista ZANU-PF y 7 del oficialista disidente Arthur Mutambara. Biti dijo además que el candidato del MCD Morgan Tsvangirai era el nuevo presidente electo con el 50,3 por ciento del voto popular y le adjudicó a Mugabe apenas el 43. El MCD presentó sus resultados, compilados mesa por mesa por sus fiscales, ante el notable silencio del gobierno, que todavía no anunció más que la mitad de las bancas en juego. Según la oposición, el presidente de 84 años negocia un exilio sin humillaciones, con acceso a sus cuentas bancarias en el exterior y libre de futuros juicios por el genocidio en Matabeleland en 1982 y por numerosos actos de tortura, exilio y asesinato.
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