› Por Pilar Bonet
Los líderes de Ucrania y Georgia se mostraron satisfechos de la cumbre de la OTAN en Bucarest, en la que vieron compensado su fracaso táctico, al no ser invitados a unirse al plan de Acción para el Ingreso (MAP), por un logro estratégico y moral: la promesa política clara de que ingresarán en la Alianza. El presidente ucranio Víctor Yushenko calificó la cumbre de “histórica” y su homólogo georgiano Mijail Saakashvili de “victoria”.
La falta de invitación a Kiev y Tbilisi en la cumbre de Bucarest permitió a Rusia apuntarse un tanto diplomático, pues, según el jefe del Comité de Exteriores del Parlamento ruso, Konstantin Kosachev, prueba que en la Alianza hay “fuerzas sanas” y capaces de “valorar con sobriedad la importancia de los contactos entre la Alianza y Rusia”. El presidente Vladimir Putin llegó la noche de ayer a la capital rumana para participar hoy en el consejo Rusia-OTAN y no planeaba conferencia de prensa.
En un debate en Bucarest, el ex jefe de gobierno ruso Mijail Kasianov dijo comprender el deseo de Georgia y Ucrania de unirse a la OTAN y manifestó que Rusia debería pensar en hacer lo mismo. En diciembre, los ministros de Exteriores de la Alianza examinarán el progreso de Ucrania y Georgia hacia el MAP, según el secretario general Jaap de Hoop Scheffer.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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