EL MUNDO › MIENTRAS MILES MARCHAN EN COLOMBIA, LA MISIóN HUMANITARIA PIDE PISTA A LAS FARC
En medio de manifestaciones en todo el país para exigir una negociación por los rehenes, el presidente Alvaro Uribe presiona al “canciller” de la guerrilla para que cumpla con el rol de facilitador para el cual había sido liberado.
› Por Eduardo Febbro
Desde Bogotá
Hay una carrera contra el reloj con el telón de fondo de las estrategias y las intenciones divergentes entre quienes pugnan por obtener una rápida liberación de la franco-colombiana Ingrid Betancourt y de los demás rehenes que, según informaciones convergentes pero no confirmadas, se encuentran en un serio estado de salud. La capital colombiana y las principales ciudades del país volvieron a llenarse ayer de banderolas pidiendo la liberad de los rehenes.
La marcha, menos copiosa que en otras ocasiones, reunió a miles de personas que marcharon con banderolas que decían “Salvemos a Ingrid” y camisetas que llevaban impreso su retrato. “Es un momento decisivo, el país debe unirse para acelerar las liberaciones y desembocar en un acuerdo a la vez político y humanitario que ponga término a los secuestros”, decía a Página/12 Alberto Marco, uno de los manifestantes que poblaron ayer la Plaza Bolívar en el centro de Bogotá.
Pero la convicción de los manifestantes choca con la incertidumbre del contexto político. El avión de la misión humanitaria francesa sigue estacionado en el aeropuerto militar de Bogota y un nuevo elemento vino a agregar una dosis suplementaria de complicación. Luego de las declaraciones del llamado canciller de las FARC, Rodrigo Granda, liberado el ano pasado a pedido expreso del presidente francés Nicolas Sarkozy, el presidente colombiano dijo que habría que ir pensando en revisar la situación penal de Granda.
A través de la Agencia Bolivariana de Prensa Granda advirtió que no se debían esperar nuevas liberaciones si antes el gobierno no excarcelaba a miembros de las FARC que están presos. El Ejecutivo considera que el pronunciamiento de Granda no corresponde de pronto con el casi estatuto de mediador o facilitador que se le atribuyó luego de que saliera de la cárcel. Uribe exigió a Granda que permita lo más rápidamente la liberación de los secuestrados y lo interpeló diciendo. “Si el señor Rodrigo Granda cumple con el precepto del normativo colombiano, de ser gestor de paz, debería aportar eso, y no poner condiciones imposibles.”
El mandatario se preguntó si “el señor Granda está cumpliendo con el requisito de la ley de que gozaría de libertad para ser gestor de paz o simplemente se reincorporó de nuevo al delito”. Nada permite hoy visualizar una salida que vaya en el sentido de lo esperado por Francia. A última hora de ayer otro elemento se sumó a esta dramática novela. Un supuesto guerrillero que desertó de las FARC y que asegura que es médico entregó a las autoridades un documento que contiene el cuadro clínico de Ingrid Betancourt.
La información suministrada por este personaje que salió de la nada está siendo avaluada ahora por la fiscalía colombiana. El cuadro clínico hace un retrato espantoso de la salud de Betancourt: sufre de desnutrición en grado uno, gastritis crónica con reflujo del esófago, paludismo falciparun y paludismo vivax, colon irritable, dolor agudo a nivel hipocondrio derecho y hepatomegalia. La emisora Caracol adelantó que el guerrillero pertenece a los frentes 44 y primero de las FARC al mando de un jefe llamado “César”. El doctor, cuyo nombre es Heiver Uriel Rodríguez, no precisó cuánto tiempo estuvo prestando atención médica a Ingrid Betancourt.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, volvió a reiterar que Francia seguía a la espera de una respuesta de las FARC para que pueda llevarse a cabo una acción humanitaria. Sin embargo, el silencio es total y el único aporte nuevo es la intervención de Hugo Chávez. A este respecto, Kouchner reconoció que el mandatario venezolano tiene otra vez una “actitud de complicidad activa” en este caso. Sin embargo, todas las partes implicadas reconocen la ausencia de comunicación con las FARC.
La embajada de Francia en Bogotá no tiene contactos con los rebeldes colombianos desde la eliminación del número dos de las FARC, Raúl Reyes, el pasado 1° de marzo. El embajador francés, Jean Michel Marlaud, pidió ayuda a la senadora Piedad Córdoba, quien renovó las informaciones alarmantes sobre el estado de salud de Ingrid Betancourt. Córdoba presentó además nuevas pruebas de vida. Estas conciernen al congresista colombiano Oscar Trujillo Lizcano, secuestrado por las FARC desde hace 7 anos.
En el video difundido por Piedad, Córdoba Trujillo le pide a Chávez que intervenga a favor de su liberación. Lo único concreto es el silencio. Casi tres días después de la llegada a Colombia de la misión humanitaria francesa que tenía como misión prestar atención médica a Ingrid Betancourt y a los demás rehenes, el destino de esta iniciativa tomada por Nicolas Sarkozy era un absoluto camino sin horizonte.
El jefe de las Fuerzas Armadas de Colombia, el general Fredy Padilla, dijo que el avión francés que había venido con dos diplomáticos y dos médicos seguía en la capital colombiana, pero que no se sabía en qué lugar se encontraba Ingrid Betancourt. La misión francesa depende de un gesto de las FARC o de un gesto de Uribe que abra por un instante la espesura de la selva.
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