Unos 500 estudiantes fueron detenidos ayer en Chile luego de realizar una protesta masiva contra la conflictiva Ley General de Educación que promueve el gobierno de Michelle Bachelet. Al igual que en el 2006, las marchas fueron masivas y convocadas con fines pacíficos. Sin embargo, la policía reprimió con gases y carros lanzaagua. Las protestas de ayer coincidieron con las movilizaciones que los mineros, portuarios y empleados de la salud realizaron esta semana, en momentos en que el gobierno es sorprendido por diversos casos de corrupción.

Los “pingüinos”, llamados así por sus uniformes azules y blancos, ayer volvieron a asomar sus narices. Los jóvenes, provenientes de liceos y universidades, marcharon una vez más y en forma contundente contra la iniciativa oficial que autoriza, entre otras cosas, el lucro en la educación. Los manifestantes, que se enfrentaron con la policía en Santiago, Valparaíso, Temuco, Valdivia y Concepción, alegan que la ley no resuelve los problemas de equidad del sistema educativo. Por eso, reclaman la implementación total de la jornada escolar completa y que se efectúen cambios al sistema de crédito privado de la educación universitaria.

En Santiago, más de 1500 estudiantes marcharon por el centro de la capital, pero los carabineros utilizaron carros lanzaagua y bombas lacrimógenas para dispersar a un grupo que intentó sobrepasar el trazado autorizado por la Intendencia para la marcha.

En la capital trasandina, los episodios culminaron con la detención de 300 estudiantes, mientras que en Valdivia, 800 kilómetros al sur de la capital, los manifestantes rompieron ventanales de los liceos de Niñas y Comercial, del Banco de Chile y se enfrentaron con las fuerzas de Carabineros, que detuvieron a más de 170 alumnos.

En Concepción, en tanto, 500 kilómetros al sur de Santiago, unos 74 estudiantes fueron detenidos, luego de una marcha que convocó a 3000 personas.

La movilización se realizó a menos de una semana de la asunción de la nueva ministra de Educación, Mónica Jiménez, ex rectora de Universidad Católica del Norte. Jiménez reemplazó a Yasna Provoste, destituida por no corregir el desorden administrativo en la cartera y acusada de corrupción.

A este caso, se sumó esta semana el de un ex presidente de la empresa de ferrocarriles del Estado, una viceministra de Transportes y el jefe de la escolta presidencial, que fueron acusados de corrupción. El último de ellos renunció ayer.

Lejos de ser un fenómeno nuevo, los “pingüinos” se hicieron conocidos en Chile después de las históricas protestas de julio del 2006. A sólo tres meses de haber asumido la presidenta Michelle Bachelet, los estudiantes inundaron las calles de todo el país instalando en la agenda pública el debate sobre el lucro de la educación en Chile, uno de los países del continente que arancelaron la universidad pública e implementaron el sistema de créditos a tono con los designios del Banco Mundial.

En Chile, el diez por ciento de los jóvenes más pobres no completa en promedio su educación secundaria.

Los más ricos, en cambio, acceden al menos a dos años de educación superior en promedio, según cifras oficiales. Esas diferencias educacionales estructuran inequidades de largo plazo en el acceso al trabajo, en un país donde un 13,7 por ciento de la población es pobre.