Colombia denunció ayer que las FARC atacaron a sus soldados desde territorio ecuatoriano. Según el comandante del ejército Mario Montoya, un grupo de guerrilleros lanzó desde el otro lado de la frontera cinco explosivos a un comando militar que custodiaba a unos ingenieros que trabajaban en un pozo petrolero en el departamento de Putumayo. Dos meses atrás, a apenas unos kilómetros de allí, aviones colombianos habían bombardeado el campamento del ex número dos de las FARC, Raúl Reyes. En aquella ocasión, la noticia tomó por sorpresa al gobierno ecuatoriano. Ayer, en cambio, Quito respondió rápido. “Tenemos pleno control de la zona fronteriza, así que descarto esa situación”, le contestó a su contraparte colombiana el nuevo comandante del Ejército ecuatoriano, Fabián Narváez.

La denuncia de Bogotá no hizo más que irritar a los militares ecuatorianos, quienes hace semanas no reciben más que críticas del presidente Rafael Correa por sus “errores” antes, durante y después del ataque colombiano contra el campamento de las FARC. “Nuestras tropas están al frente y desde ayer hemos escuchado disparos de armas automáticas, pero al interior de territorio colombiano”, explicó Narváez. El general, que asumió hace dos semanas, sostuvo que desde el bombardeo contra Reyes sus hombres se ocuparon de reforzar la frontera norte. “Hemos estado patrullando el sector. Hoy podemos decir que estamos en pleno control de nuestro territorio”, agregó orgulloso el jefe castrense.

El general Narváez dijo no saber nada sobre el soldado herido que había mencionado su contraparte colombiana. Según Bogotá, los cilindros con explosivos que habría lanzado las FARC desde el otro lado de la frontera alcanzaron a un soldado y lo hirieron en el tórax. Anoche la cúpula militar envió la denuncia a la Cancillería para presentar una protesta oficial ante el gobierno ecuatoriano.

La acusación de los militares colombianos seguramente tensará aún más las relaciones entre Quito y Bogotá. Ayer por la mañana, apenas unas horas antes de que se conociera el supuesto ataque guerrillero, el presidente Correa había dejado en claro que todavía falta mucho para reestablecer la relación diplomática con su vecino. “Por favor, señor Uribe, mande en Colombia, aquí vamos a mandar los ecuatorianos, olvídese, aquí no vamos a aguantar a ningún señor con ínfulas de emperadorcito, ningún gobierno de América latina cataloga como terroristas a las FARC”, dijo el mandatario.