EL MUNDO › BERLUSCONI SE AGRANDó CON EL TRIUNFO DEL DERECHISTA ALEMANNO EN LAS ELECCIONES ROMANAS
La extrema derecha pasó a la ofensiva tras asegurarse la alcaldía de Roma. “Somos la nueva falange romana”, proclamó Il Cavaliere. “Debemos cazar clandestinos”, grito Bossi. Alemanno anunció que desmontará campamentos gitanos.
› Por Miguel Mora *
Desde Roma
El terremoto Gianni Alemanno, nuevo alcalde de Roma tras las elecciones del domingo y el lunes, ha disparado la euforia en el Pueblo de la Libertad. “Al pobre Veltroni no le sale bien ni una, haría mejor en irse a Africa.” “Somos la nueva falange romana.” “Rutelli, vuelve a montarte en el motorino.” Con estas perlas saludó Silvio Berlusconi, primer ministro in pectore, la victoria del postfascista Alemanno, quien el martes anunció su primera medida como alcalde: destruir los campamentos gitanos. Según Alemanno, cada año 20.000 ciudadanos no italianos cometen delitos en Roma y siguen viviendo en la ciudad. “Nuestro objetivo es expulsar a todos los que han cometido crímenes, porque esto ya aligeraría la situación. Procederemos a desmantelar los campamentos nómadas abusivos, que en Roma son 85.”
El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, que se perfila como nuevo ministro de Reformas, se mostró a favor: “Debemos cazar a los clandestinos y hacer ya el federalismo. Usaremos todos los instrumentos necesarios”, dijo. Y luego: “No sé qué querrá hacer la izquierda, nosotros estamos listos. Si quieren pelea, los fusiles están calientes. Tenemos 300.000 hombres, 300.000 mártires, listos para combatir. Y no bromeamos. No somos cuatro gatos”.
Agrandado por la inesperada guinda que redondea su victoria de norte a sur, Berlusconi se mostró exultante al festejar la victoria con sus partidarios. Incluso le pareció simpática la nutrida presencia de jóvenes que hacían el saludo romano en el Campidoglio. “Al verlos, he pensado: la nueva falange romana somos nosotros.” Ayer la adrenalina seguía alta. El futuro primer ministro desafió a la UE a no poner trabas al crédito de 300 millones de euros concedido por el gobierno a Alitalia: “Si enrieda mucho (la UE), Alitalia será adquirida por nuestra compañía ferroviaria”, advirtió. Aunque después aclaró: “Esto es una amenaza, no una decisión”.
Mientras Il Cavaliere se despachaba con la prensa en el Trastlántico, la zona de Montecitorio por donde pasean los diputados, la XVI Legislatura abría sus sesiones. El Senado eligió como presidente, y por tanto segunda instancia de la República tras el jefe del Estado, a Renato Schifani (Palermo, 1950), abogado, amigo de Berlusconi, senador electo en 1994 por el colegio de Corleone, y ex jefe de grupo de Forza Italia, en la primera votación. El resultado –178 votos a favor– fue leído por el senador más anciano disponible, Giulio Andreotti, de 89 años. La edad media de los parlamentarios italianos ha bajado tras las últimas elecciones y ahora hay un 20 por ciento que son menores de 39 años. Más que mujeres, que esta vez suponen sólo el 17 por ciento de los cerca de mil diputados y senadores (frente al 19 por ciento de 2006). En la Cámara, el PD aporta 57 mujeres (de 217); el PDl, 47 de 276, la Liga Norte 10 de 60; la centrista UDC una de 36; e Italia de los Valores, una de 29.
La votación del presidente de la Cámara, Gianfranco Fini, que sucederá a Fausto Bertinotti, se producirá el miércoles 30 de abril, ya que el martes el líder de Alianza Nacional no logró en las tres primeras votaciones la mayoría necesaria. El día después de la caída de Roma fue especialmente duro para la izquierda. Walter Veltroni, líder del Partido Democrático, no descartó adelantar el congreso previsto para 2009 y señaló que es necesaria “una amplia, vasta y profunda reflexión”. La crisis del PD promete ser aguda. La fractura entre los miembros procedentes de la DS y los originarios de la Margarita está abierta. Y la división entre católicos y laicos es otro filón. “La derrota ha magnificado la desunión. Somos un partido muy joven y ya se sabe que la izquierda italiana está especializada en flagelarse”, comentó el senador del PD Rodolfo Brancoli.
La seguridad se ha convertido en el asunto central de la autocrítica en la izquierda. “Quien dice que ha habido poca atención a la seguridad no se refiere a mí, pero tiene más razón que un santo”, dijo el martes el ministro del Interior saliente, Giuliano Amato.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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