Mié 28.05.2008

EL MUNDO  › AVANZA UNA DE LAS TRES CAUSAS EN LAS QUE SE INVESTIGA AL PREMIER ISRAELí

Olmert camina por la cuerda floja

El principal testigo de la causa por supuestos sobornos en la que se investiga a Ehud Olmert admitió que le entregó 150 mil dólares en préstamos y donaciones. Morris Talansky dijo que no hay registros de las entregas.

El futuro político del primer ministro israelí Ehud Olmert pende de un hilo. Ayer el principal testigo del caso reconoció ante la Justicia que entregó 150 mil dólares en préstamos y donaciones al mandatario en los últimos 15 años –según la Fiscalía, la cifra podría llegar a medio millón de dólares–. El financista judío-estadounidense Morris Talansky aseguró que no hay registros de las entregas porque Olmert prefería el efectivo a los cheques. Además juró que nunca esperó favores a cambio del dinero, aunque no pudo explicar por qué Olmert no le devolvió sus préstamos. El premier, quien ya declaró dos veces por este caso, prometió que si la Fiscalía lo acusa formalmente, renunciará.

El caso es una de las tres investigaciones que acosan al primer ministro israelí desde hace meses. La Fiscalía nacional acusa a Olmert de fraude, abuso de confianza, evasión de impuestos, violación de la Ley del Regalo y por no declarar sus ingresos de efectivo. Ayer los abogados defensores del mandatario le restaron importancia al testimonio del financista estadounidense. “No hubo sorpresas; no hay nada nuevo”, sostuvo Eli Zohar después de escuchar durante siete horas al “buen amigo” de su cliente.

El abogado también se mostró optimista sobre una posible acusación, ya que, según dijo, Olmert siempre reconoció públicamente las contribuciones de Talansky. El fiscal del caso, Moshé Lador, fue más cauto y prefirió no adelantar nada. “No se puede sacar ninguna conclusión de este testimonio. Decidiremos una inculpación o el cierre del caso cuando la investigación termine”, aseguró a la prensa.

La investigación se centra en dos ejes: las contribuciones a las campañas de Olmert y los regalos personales. Las primeras sobrepasaron ampliamente los límites permitidos por la ley. “Le di algo de dinero a Olmert para sus campañas electorales en 1991 y 1992. Me dijo que prefería efectivo y le di primero dinero de mis fondos privados y después dinero recolectado en Estados Unidos para él”, declaró ayer ante un juez. “También en 1998 le di algo de dinero –generalmente unos 3000 a 8000 dólares por vez– porque Olmert no quería cheques”, agregó. La ley electoral israelí no permite contribuciones de cuatro cifras.

Las donaciones aumentan significativamente cuando se trata de regalos o “préstamos personales”. Talansky declaró que le prestó entre 25 mil y 30 mil dólares al premier para que pudiera disfrutar unas vacaciones en Italia junto a su familia. “Sé que le gustan la buena vida, los hoteles de lujo, los buenos puros habanos, las plumas costosas y los relojes. Yo encontraba todo eso extraño”, explicó el multimillonario que disfruta de un condominio lujoso en el centro de Jerusalén, con una vista privilegiada al Knesset (Parlamento). A pesar de la incomprensión, el financista también le prestó 4700 dólares para viajar en primera clase a Washington y hospedarse tres días en el hotel Ritz-Carlton.

El testigo estrella del caso conoció a Olmert en 1991, cuando era ministro de Sanidad. “Era un príncipe del Likud (su antiguo partido), un hombre inteligente al que admiraba”, dijo con una sonrisa. Según el diario Jerusalem Post, “el banquero” de Olmert, como lo conocían los asesores del primer ministro, es uno de los hombres que más fondos recaudan para las causas israelíes en Estados Unidos. Estuvo en los directorios de las principales organizaciones caritativas de Nueva York y Washington e incluso llegó a fundar una propia junto a su príncipe del Likud. En los ‘90 crearon el New Jerusalem Fund, una organización que recaudaba fondos para financiar proyectos sociales en Jerusalén, ciudad a la que por entonces gobernaba Olmert.

Hoy Talansky tiene 75 años. Vive la mitad del año en Long Island, Nueva York y la otra mitad en su departamento en Jerusalén. Es un multimillonario, interesado en la política israelí y también en la estadounidense. En los últimos 20 años aportó dinero a un sinfín de campañas locales y nacionales, entre ellas a las del actual presidente George Bush, a su antecesor Bill Clinton y el ex candidato presidencial republicano, Rudolph Giuliani. Según el Jerusalem Post, sus contactos políticos en los dos países son inmejorables.

A pesar de su buena relación con el poder, el millonario financista jura que nunca pagó para conseguir un favor. “No recibí nada a cambio”, repitió una y otra vez durante las siete horas que habló ante el juez. Sin embargo, reconoció que una vez Olmert ofreció devolverle el apoyo. “Me quiso hacer un favor pero al final acabó en nada”, deslizó casi al pasar. El primer ministro le propuso ponerlo en contacto con los dueños de varias cadenas de hoteles –cuyos nombres no identificó– para convertirse en su único proveedor de minibares, uno de sus proyectos de aquel momento.

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