Barack Obama quedó ayer a un paso de la nominación después de que Hillary Clinton no lograra sumar todos los delegados de Florida y Michigan. Desde la mañana, la cúpula del Partido Demócrata, los dirigentes de Florida y Michigan, y representantes de las campañas de los dos candidatos se reunieron en un hotel de Washington para decidir la suerte de los más de 300 delegados electos de esos estados, que habían sido sancionados por adelantar las primarias. Anoche la decisión fue que todos irán a la Convención Nacional de agosto próximo, pero con medio voto. Aunque la medida le permitirá a la ex primera dama engrosar su lista de delegados, no será suficiente para acercarse al joven senador de Illinois, que ya superó la mayoría absoluta de votos.

Desde temprano, cientos de manifestantes se reunieron frente al hotel capitalino para darle fuerzas a la senadora neoyorquina. “Si no cuentan los votos no cuenten conmigo”, rezaba una de las decenas de pancartas que animaba a la multitud. Puertas adentro, los dos candidatos también tenían sus tribunas. Ellos no estuvieron presentes en la reunión, pero mandaron a sus asesores y simpatizantes. El primero en hablar fue el presidente del partido, Howard Dean. “Somos suficientemente fuertes para debatir y estar en desacuerdo e incluso para enfadarnos y decepcionarnos y aún así finalizar juntos el día y estar unidos”, intentó calmar los ánimos el dirigente.

Pero de poco sirvieron sus palabras. La reunión fue larga y caldeada. “Secuestrar a los delegados no es una buena forma de empezar el camino a la unidad partidaria”, aseguró Harold Ickes, uno de los 15 miembros del Comité de Reglas y Estatutos y un abierto aliado de Clinton. Los dirigentes que hablaban por Obama intentaron ser más medidos, siempre agradeciendo los esfuerzos de la dirección del partido para mantener la unidad. Corrían con la ventaja y lo sabían.

Sólo en un momento, apenas pasado el mediodía, los aliados del joven senador de Illinois se preocuparon. Una propuesta de Ickes para contar el voto de todos los delegados de Florida casi es aprobada. El resultado fue de 12 a 15, pero para la tribuna de Clinton fue lo suficientemente ajustado como para festejarlo al grito de “Señora presidenta”.

Al final, el resultado fue más magro. El comité decidió que los delegados electos irán a la Convención Nacional en Seattle, pero con medio voto cada uno. En números, por Florida Clinton se llevará 52,5 votos y Obama 33,5; por Michigan serán 34,5 frente a 29,5.

En este último estado, la votación final fue más dividida. Los representantes de Obama aseguraban que los delegados tenían que dividirse 50 y 50 porque, acatando la sanción del partido, Obama no se había presentado en la elección. En las boletas sólo aparecía el nombre de Clinton, quien se impuso con el 55 por ciento, contra un 40 por ciento de votos en blanco.

Con esta resolución, el comando de Obama dio por terminada la disputa y, por las sonrisas con las que se despidieron, la lucha por la candidatura. Sólo quedan tres primarias. La de Puerto Rico que se realizará hoy (ver aparte) y las de Montana y Dakota del Sur el próximo martes. Según los sondeos, Clinton tiene ventaja en la primera y Obama es el favorito en las otras dos.

Antes de que se conociera la decisión del comité demócrata, la ex primera dama había advertido que no aceptará fácilmente un revés. “De no revertirse el castigo, el enojo de los ciudadanos de estos estados pude poner en peligro un apoyo que será necesario para ganar en las elecciones generales de noviembre, contra el republicano John McCain”, amenazó la senadora. Sus representantes ayer adelantaron que apelarán la decisión ante el Comité de Credenciales del partido.