A pesar de los esfuerzos de la presidenta Michelle Bachelet y de su antecesor Ricardo Lagos, la Concertación irá separada a las próximas elecciones municipales, en octubre. El oficialismo tendrá dos listas para concejales. Por un lado, se presentarán los dos partidos mayoritarios de la alianza, el Partido Socialista (PS) y la Democracia Cristiana (DC), y, por el otro, sus socios minoritarios, el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Radical Social Demócrata (PRSD). La noticia no podía haber caído en peor momento para Bachelet. Ayer, después de una jornada nacional de masivas marchas estudiantiles y del transporte, los gremios de camioneros decretaron un paro indefinido en todo el país (ver aparte).

Durante las últimas dos semanas la presidenta Bachelet movió todos sus contactos dentro de la Concertación para evitar una crisis. Llamó a todos los ex presidentes desde la vuelta de la democracia en 1990, convocó a dialogar al Palacio de la Moneda a los líderes de los cuatro partidos y cuando nada parecía funcionar hizo un llamado público a la unidad. “El pueblo de Chile está esperando de todos los partidos políticos actos de generosidad y de altura de miras. Tenemos que colocar el interés del país por sobre los intereses partidarios”, aseguró la mandataria, sin preocuparse por disimular su desesperación.

Ayer fue la última reunión en la Moneda y los presidentes de la DC y el PS, Soledad Alvear y Camilo Escalona, respectivamente, salieron con cara larga. “En política uno debe trabajar en aras de objetivos colectivos comunes”, fue lo único que dijo Alvear, la dirigente que compitió en las últimas internas presidenciales con Bachelet. Finalmente y después de mucho discutir, la mandataria consiguió que ambas partes aceptaran una solución parcial. La coalición tendrá una lista única para alcaldes y dos para concejales. Para el ministro y vocero del gobierno, Francisco Vidal, la resolución fue un triunfo para la Concertación.

Desde el fin de la dictadura dirigida de Augusto Pinochet, los cuatro partidos que integran la Concertación siempre presentaron una sola lista de candidatos para todas las elecciones, presidenciales, legislativas, provinciales y municipales. Según los analistas chilenos, fue esta unidad los que les permitió retener la Presidencia durante 18 años y en 2005 conseguir por primera vez el control de las dos Cámaras del Congreso.

Pero ahora los dos partidos minoritarios creen que pueden tener mejor resultados si van solos. Según explicaron dirigentes del PPD y el PRSD, la presentación de dos listas permitirá más renovación entre los líderes locales y, en consecuencia, un mayor apoyo social en las comunidades. Pero los argumentos no calaron hondo en los dos partidos más grande, que por su mayor caudal electoral se quedan con los primeros lugares de las listas.

Pero a pesar del optimismo que quiso mostrar el Palacio de la Moneda ayer, las tensiones dentro de la coalición se hacen cada vez más evidentes. Esta semana, la bancada oficialista se enfrentó al Palacio de la Moneda al frenar el proyecto de ley nacional de educación que había elaborado la Presidencia. Hace dos años, después de la crisis política que provocaron las marchas estudiantiles, Bachelet organizó un consejo asesor para elaborar una nueva ley educativa. A pesar de su auspicioso comienzo, poco a poco fue perdiendo apoyo y la mandataria terminó acordando una reforma muy moderada con la derecha.

El martes pasado, un grupo de legisladores del PS, PPD y PRSD le quitaron el carácter de urgencia al proyecto y presentaron algunas modificaciones. La más significativa fue la definición del Estado como garante de la educación pública y gratuita. Este es uno de los puntos que demandan los profesores y estudiantes secundarios y universitarios, que el miércoles paralizaron la educación pública en todo el país y tomaron las plazas centrales de las ciudades más importantes.

Ayer, decenas de estudiantes fueron liberados después de pasar la madrugada en las comisarías de Santiago. Desde la sede del Colegio de Profesores denunciaron ayer que el único profesor herido durante la manifestación podría perder un ojo, por la dura golpiza que le propinaron los carabineros dentro de una de sus camionetas. El docente fue detenido cuando salía de la Universidad de Chile para sumarse a la protesta.

La incapacidad de mantener unidas sus filas, de solucionar conflictos como el estudiantil que ya lleva dos años y el mal funcionamiento del sistema de colectivos Transantiago debilita cada vez la imagen de la presidenta. Según una encuesta difundida ayer, la popularidad de Bachelet sigue cayendo y el mes pasado se situó en un 44 por ciento. El actual paro de camioneros, que amenaza con hacerse sentir pronto en los supermercados y almacenes de Santiago, probablemente empeorará aún más la situación para la mandataria.