EL MUNDO
› UN GUARDIA CIVIL MURIO POR UN AFICHE BOMBA
Atentando con cualquier cosa
Utilizando como cebo un afiche de Batasuna, el partido vasco ilegalizado, la ETA mató a un guardia civil en la región de Navarra.
Un cabo de la Guardia Civil, Juan Carlos Beiro Montes, ha muerto y otros tres destinados en Navarra, un sargento y dos agentes, han resultado heridos en un atentado de la organización armada ETA en la localidad guipuzcoana de Berastegi, fronteriza con la comunidad de Navarra. La explosión se ha registrado al estallar una bomba-lapa trampa adosada a una pancarta alusiva a Batasuna, brazo político de ETA. Los agentes resultaron heridos cuando se personaron en el lugar para inspeccionarlo. El explosivo fue activado mediante un mando a distancia. Por otro lado, dos supuestos etarras fallecieron el lunes por la noche (hora local) en Bilbao, al hacer explosión un artefacto que llevaban en un coche, según la primera hipótesis de la Ertzaintza, policía autónoma vasca.
Fuentes de la Delegación del gobierno en Navarra han apuntado que, como consecuencia de la explosión, el cabo Juan Carlos Beiro Montes sufrió un “traumatismo abdominal con salida de masa intestinal”. Beiro Montes fue conducido al hospital Nuestra Señora de Aranzazu, pero falleció antes de llegar a la capital guipuzcoana, cuando la ambulancia se encontraba a la altura de la localidad de Tolosa.
El director médico del centro hospitalario, José Agustín Agirre, ha explicado que el cabo Beiro Montes se encontraba “en situación de paro cardiorrespiratorio, con múltiples lesiones”, y que ingresó muerto en el centro sanitario. El sargento, ingresado también en el hospital donostiarra, se encuentra en estado muy grave, con heridas en las extremidades inferiores y en el abdomen.
ETA ya atentó con la misma táctica contra la Ertzaintza el pasado 20 de noviembre. Una bomba oculta en una pancarta, en la que se podía leer “Policía asesina. ETA mátalos”, hizo explosión en el Parque Etxebarria de Bilbao cuando dos agentes se disponían a retirarla. Ambos resultaron heridos, uno de ellos grave.
Ambas acciones terroristas guardan paralelismos con varios atentados perpetrados en 1976. En aquella época el cebo para atraer a los agentes eran ikurriñas (banderas vascas, entonces prohibidas). El primero de estos atentados tuvo lugar en Ordicia el 17 de enero y en él perdió la vida el guardia civil Manuel Vergara, alcanzado por la explosión de la bomba que se activó al intentar quitar la bandera. La experiencia de ese primer atentado permitió evitar otras acciones terroristas similares que se produjeron ese mismo año. Sin embargo, el 5 de diciembre, otro agente, Miguel Gordo García, resultó muerto en Baracaldo al sufrir una descarga eléctrica cuando pretendía retirar una ikurriña de un poste.
Pocas horas después del atentado que ha costado la vida a un guardia civil entre las localidades de Berastegi, entre Guipuzcoa y Navarra, se han escuchado ya las primeras reacciones. El consejero de Interior del gobierno vasco, Javier Balza, ha asegurado que la acción terrorista responde a la explosión de anoche en Bilbao, en la que murieron dos etarras que manipulaban explosivos.
El presidente del Parlamento regional vasco, Juan María Atutxa, por su parte, ha hecho un llamamiento para que los terroristas “desistan de tanta barbaridad y de tanto sufrimiento”. “Una vez más, me siento verdaderamente obligado a expresar mi más profunda condena por este nuevo atentado”, ha señalado Atutxa, quien ha añadido que “los de siempre han demostrado también hoy que continúan en sus trece, que no conduce a ninguna parte”.
El PP, partido gobernante en España, mediante un comunicado, ha condenado también el atentado y ha augurado que el estado de derecho acabará ganando la batalla al terrorismo “con la ley en la mano”.
En cuanto a la explosión en Bilbao, se supone que se trataba del comando Vizcaya de la ETA que estaba preparando el vigésimo-cuarto atentado en este año, durante el cual han muerto tres personas a manos de ETA: el concejal socialista en el Ayuntamiento de Orio (Vizcaya), Juan Priede, Cecilio Gallego Alarias y la niña de seis años Silvia Martínez,hija de un guardia civil, en el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) el pasado 4 de agosto.
De El País de Madrid. Especial para Página/12.