El presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, no pudo renunciar y deberá permanecer en su puesto hasta el 15 de agosto, día en que le entregará la presidencia a Fernando Lugo. Por segunda vez en la semana se vio frustrada una sesión parlamentaria en la que debía tratarse su dimisión, presentada para poder jurar como senador pleno el 30 de junio. Esta vez, sin embargo, fue la propia bancada oficialista la que solicitó suspender la convocatoria, en línea con el supuesto cambio de postura del mandatario. “Soy del criterio personalísimo de que mi juramento debe darse después de dejar la Presidencia de la República”, había dicho Duarte unas horas antes.

Ayer al mediodía un grupo de 15 diputados del oficialista Partido Colorado le entregó al presidente del Congreso, el senador liberal Miguel Abdón Saguier, una nota para dejar sin efecto la convocatoria. “La razón principal del pedido fue evitar un manoseo innecesario a cuenta de que no tendríamos quórum, ya que no habían variado las posturas que han asumido de manera caprichosa los opositores”, sostuvo el diputado colorado Víctor Bogado.

A pesar de que la de ayer era la última jornada de sesiones con la actual composición del Congreso, la falta de convocatoria no echó por tierra los planes del presidente. “Jurídicamente nadie puede privarme del derecho a ejercer la representación en el Senado, porque lo he ganado en unas elecciones limpias. El problema es el momento en que debo ejercer esa banca”, sostuvo Duarte Frutos, quien ganó una banca en las elecciones del 20 de abril. El pronunciamiento sobre su renuncia y la posibilidad de asumir su escaño quedará a cargo del próximo cuerpo legislativo, cuyas autoridades se establecerán el 1º de julio. Por lo pronto, el todavía mandatario confirmó que la semana próxima estará, como jefe del Ejecutivo, en San Miguel de Tucumán, para participar de la reunión de presidentes del Mercosur.

Tras la suspensión de la sesión extraordinaria del martes, los legisladores oficialistas habían hecho una doble amenaza. No se presentarían a jurar el próximo lunes –cuando se renueven las bancas– para “vaciar de poder” a la futura administración, o no darían quórum para la sesión en la que Lugo debe asumir al frente del Ejecutivo. Pero el ex obispo no pareció amedrentarse. Ayer, tanto Lugo como su vice electo, el liberal Federico Franco, coincidieron en defender la jura ante la Corte Suprema de Justicia si se concreta el boicot colorado. Su decisión está avalada por la Constitución paraguaya, que señala que “si el día señalado, el Congreso no alcanzara el quórum para reunirse, la ceremonia se cumplirá ante la Corte Suprema de Justicia”.

Más allá de dónde se le tome juramento al futuro mandatario, a los legisladores colorados no les será fácil dejar sin quórum la sesión. Ayer Lugo concretó una alianza con el partido Unace, del ex general golpista Lino Oviedo, por la cual le otorgará a la tercera fuerza parlamentaria la presidencia del Senado. De esa forma, Lugo se asegurará las bancas necesarias para ir tranquilo a su investidura.