EL MUNDO
Cómo están negociando en el Consejo de Inseguridad
Las negociaciones para una nueva resolución sobre Irak en la ONU están en marcha, pero EE.UU. afronta una lucha cuesta arriba para que se sancione su amenaza de acción militar.
Por Oliver Burkeman, Nick Paton Walsh, Jon Henley, John Gittings y Nicholas Watt *
Desde Nueva York, Moscú, París, Shanghai y Londres
Los diplomáticos de los “cinco grandes” poderes, los que deciden en las Naciones Unidas, se están preparando para una nueva ronda de intensas negociaciones sobre Irak. Cuando Estados Unidos ponga sobre la mesa su borrador de resolución en una sesión pública del Consejo de Seguridad, las puertas se cerrarán nuevamente y los diplomáticos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China y Rusia empezarán a trabajar toda la noche para ponerse de acuerdo sobre el texto final.
Si bien existen pequeñas diferencias entre Gran Bretaña y Estados Unidos, los principales motivos de disputa están entre los “tres escépticos”: Rusia, que inicialmente no vio la necesidad de una nueva resolución después del ofrecimiento de Irak de readmitir a los inspectores; Francia, que cree que Irak debiera ser tratado cuidadosamente en un proceso de dos etapas, y China, preocupada por la posibilidad de que Estados Unidos decida hacer sentir todo su peso.
- Estados Unidos: El compromiso de Washington a una nueva resolución que autorice el uso de fuerza si Saddam Hussein no permite inspecciones libres sigue siendo la base inamovible de las negociaciones en la ONU. Pero surgieron tensiones de último momento después de la declaración del secretario de Estado Colin Powell en una entrevista radial de la BBC, donde dijo que Washington podría buscar una “cambio de régimen” en Irak, aun si el líder iraquí cumple totalmente con las inspecciones de armas, una posición a la que no suscribe ninguno de los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Los funcionarios norteamericanos buscaron desactivar cualquier disputa potencial, insistiendo en que el texto de la resolución propuesto por Estados Unidos se enfocaría solo en el desarme y las consecuencias para Saddam Hussein si frustraba las inspecciones. El texto sería breve y simple, dijeron, declarando a Irak en “violación de facto” de los términos del cese de fuego de la Guerra del Golfo, estableciendo los términos y un marco temporal para las nuevas inspecciones, y concluyendo que si Irak no cumplía, se lo podría forzar a hacerlo por todos los medios necesarios. Estados Unidos les dio una helada recepción a las sugerencias francesas de que haya dos resoluciones, lo que requeriría que el Consejo de Seguridad acordara sobre la acción militar recién en algún momento del futuro. Aunque Washington no había cerrado la puerta a esa opción, dijo un funcionario: “Creemos que una resolución puede hacer todo esto, y si uno trata de hacer más de una, les da a los iraquíes muchas oportunidades para dividir el Consejo”.
- Gran Bretaña: Londres está de acuerdo con Estados Unidos en que debe establecerse un régimen de inspecciones nuevo y duro y que la amenaza de la acción militar debe resultar clara para Irak, en términos diplomáticos, si se niega a cooperar. Pero la relación entre los dos grandes aliados tropezó con un obstáculo esta semana cuando el embajador británico, Sir Jeremy Greenstock, pareció sugerir que Estados Unidos había puesto su política de “cambio de régimen” en la congeladora. Los diplomáticos británicos se embarcaron en un ejercicio frenético de limitación de daños, declarando que los comentarios de Sir Jeremy habían sido sacados de contexto en un almuerzo de los 10 miembros rotativos del Consejo de Seguridad que no tienen poder de veto. Los funcionarios insistieron en que Sir Jeremy no estaba reescribiendo la política exterior norteamericana y que estaba intentando ganarse a países oscilantes al decir que un exitoso régimen de inspecciones eliminaría la política de “cambio de régimen”.
- Rusia: Rusia, que inicialmente dijo que no veía la necesidad de una nueva resolución a la luz del ofrecimiento de Irak sobre los inspectores, subrayó su inquietud ayer cuando advirtió contra el “furor de propaganda” que rodea el dossier de Tony Blair contra Irak. Afirmó que las conversaciones del Consejo de Seguridad de la ONU que discuten una nueva resolución son “prematuras”, a pesar de las crecientes indicaciones de queel Kremlin está listo para discutir un borrador de texto y considera que el voto del Consejo de Seguridad es inevitable. El canciller Igor Ivanov dijo en Moscú: “Creo que sólo los especialistas y los expertos pueden juzgar si Irak tiene o no armas de destrucción masiva. No vale la pena crear una gran propaganda sobre este informe”. Añadió que Rusia no se opondría a “consultas sobre el rápido regreso de los inspectores internacionales. Pero es absolutamente prematuro hablar de cualquier unión de los posiciones de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU sobre tal resolución, que no existe”.
- Francia: Funcionarios franceses negaron ayer rumores de que su país ya haya preparado un borrador de resolución de las Naciones Unidas sobre Irak, insistiendo en que París ni siquiera estaba convencido de la necesidad de una nueva resolución. “Consideramos que ahora la cosa más importante es que se permita entrar a los inspectores de armas y tengan total libertad para hacer su trabajo”, dijo una fuente. Pero los funcionarios dijeron que Francia “no objetaría” una resolución suplementaria, siempre que solamente reiterara los pasados requisitos y “recordara a Bagdad de sus obligaciones”. París aprobaría una fecha final para el regreso de los inspectores, dijeron, pero ninguna referencia a las posibles consecuencias de un no cumplimiento.
- China: China está tratando desesperadamente de conseguir un equilibrio sobre la crisis de Irak que mantenga intactas las relaciones de ChinaEstados Unidos sin darle un cheque en blanco al presidente Bush. Una guerra unilateral de EE.UU. con Irak sería un escenario de pesadilla, especialmente con la prevista visita del presidente Jiang Zemin a Bush en su rancho de Crawford el mes que viene, poco antes de un crucial congreso del Partido Comunista en noviembre. El premier Zhu Rongji, ahora en gira por Europa, ha sido el único líder chino que delineó la posición de Pekín. No descartó una nueva resolución de la ONU, pero advirtió que cualquier medida que se tome debería respetar “la racional preocupación sobre la seguridad” de Irak.
Zhu le pidió a Irak que se sometiera a los inspectores sin rodeos, dejando en claro que China no tiene ilusiones sobre Saddam Hussein. Sin embargo dice que no debería haber uso de la fuerza sin una “evidencia irrefutable” de los inspectores, y cualquier acción debe tener la aprobación de la ONU.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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